Existen inicios que atrapan sin muchas vueltas, principios que nos incitan a explorar más allá, el que posee The Mandate es uno de ellos. La nueva y jovén emperatriz Anastasia Romanova heredo un Imperio al borde del caos, su ascensión al trono fue algo inesperado, la desaparición de la Armada Mayor sólo un golpe más, su decisión de crear a los Corsarios y cederles los cetros puede llegar a ser su perdición o la única manera de salvar lo que ha heredado, y a la Humanidad.

Hay muchos elementos que hacen a un buen juego de Rol, hay varios detalles que pueden convertirlo en un clásico, hay condiciones muy especiales que lo pueden volver icónico, épico, "uno de aquellos". Hasta donde va la información disponible, los vídeos, y el material que se puede encontrar en línea este producto de Perihelion Interactive parece reunirlos a todos en una aventura fantástica que se remonta 1500 años antes de que inicie nuestra participación.

Una pregunta que es respondida con el concepto de jugabilida de The Mandate es ¿qué es más importante en una nave espacial que la propia nave? La respuesta no es ninguna sorpresa: su tripulación. Algo que se aprecia repetidas veces en series como Battlestar Galactica o películas de la saga Star Trek. Una nave es nada sin la gente que le da vida, que la sustenta, que le permite existir, que le da una razón de ser, un motivo para seguir, un objetivo al que llegar.

Son la variedad de elementos interesantes puestos juntos los que más me llaman la atención de este juego, los que me hacen esperar por lo mejor. Somos el Capitán de una nave espacial diseñada a nuestro gusto, mejorada según nuestro estilo de juego, con ella, y su tripulación, nos aventuramos a una galaxia llena de misterios, de enemigos y posibles aliados. Combate espacial a lo Star Trek Online y Freelancer pero con naves capitales.

Somos el Comandante de los escuadrones que abordan naves enemigas, el que guía sus pasos el que dirige sus acciones. Enfrentamientos dinámicos cara-a-cara al estilo Jagged Alliance, X Com y Men of War (¡súper!). Somos parte de la aventura, de la nueva historia que se desenvuelve según nuestras acciones. Y para quienes gustan del multiusuario existe un modo cooperativo en el que pueden participar siendo el equipo de abordaje mientras a nuestra nave la protegen los aliados.

La impresión que me da el juego es que tenemos tres dinámicas que se complementan sin estorbarse. Acción y estrategia durante las batallas espaciales. Rol cuando exploramos la nave y compartimos con la tripulación, conocemos quienes son, y como pueden ayudarnos a ser mejores. Rol, Estrategia y Acción cuando el equipo de abordaje se lanza al ataque o toma la defensiva. Cada idea por su lado me suena buena, el conjunto, bien implementado, me suena genial.

Por ahora no hay nada muy específico o particular sobre como está siendo desarrollada la jugabilidad, espero que no tomen el camino simplista, accesible y/o generalizante tan de moda hoy en día. Lo que tienen da para algo más. Para una combinación ideal entre lo que vemos en Homeworld, Nexus: The Jupiter Incident y Star Wolves, con el potencial ilimitado de Jagged Alliance: Back in Action y Men of War, y una que otra cosita de Battlestations: Midway y/o Void Destroyer.

Entre las ideas de concepto que se puede destacar están las siguientes. La posibilidad de armar nuestra nave y estación espacial con diferentes módulos cada cual con su diseño y estilo (tienen un demo para el constructor de naves interactivo, requiere Unity Web Engine). Esto también tiene un factor táctico durante los combates porque podemos concentrar fuego en puntos críticos del oponente a la vez que evitamos que dañen los nuestros.

El (o la) Capitán que nos representa podrá ser personalizado al máximo, desde su presentación visual y física a detalles tales como su pasado, su formación, atributos y destrezas. La profundidad del elemento RPG de The Mandate existe en tres niveles: nuestro avatar, nuestra nave y su tripulación, todos en mutuo complemento a la vez que con la posibilidad de ser percibidos de manera independiente.

Podemos elegir a los líderes de sección, ellos tendrán bajo su mando grupos de individuos que ayudan a que nuestra nave trabaje al 100% o un poco más. Cada uno tendrá su propia rama de avance y nosotros elegiremos como evolucionan. Una tripulación bien entrenada hace que la nave opere adecuadamente.

Existe una dependencia directa entre el estado de la nave y el de la tripulación. Por suerte daño de orden catastrófico sólo ocurre cuando el fuego enemigo traspasa los escudos de energía y la armadura, momento en que empiezan a sentir los impactos tanto la estructura como quienes están cerca --dentro-- de ella.

Perder tripulación es perder gente capaz y entrenada, incluso veteranos de muchas batallas que podrían habernos sido muy útiles. Si bien los podemos reemplazar no faltará la oportunidad en que notaremos que algo, alguien, nos falta. Dependiendo la sección afectada habrá que agilizar las reparaciones para evitar mayores problemas (a la FTL) a corto o largo plazo.

Toda la Galaxia en que transcurre The Mandate está a nuestra disposición para explorarla, para construir, comerciar, realizar misiones. Situaciones de combate, áreas enteras y escenarios son generados de manera procedural (en tiempo real y aleatoriamente) para crear rejugabilidad infinita, jugabilidad emergente y un contexto de mundo abierto muy prometedor.

Al momento de la verdad no se si lo que me gusta es el producto de Perihelion Interactive o la idea que me he formado de él. Muchas de las piezas expuestas se pueden acomodar para formar uno de mis juegos ideales, lo que no quiere decir que su visión sea en algo parecida a mi imagen. Esto no evita que la oferta, tal y como la tenemos en este momento, este divina en más que suficientes niveles. Opinión que parece ser compartida por buena parte de la comunidad, en particular aquella que participa del financiamiento colectivo, tal y como lo demuestra su Campaña KICKSTARTER. Personalmente espero estar en lo correcto con mi impresión, me gustan sus ideas y la promesa que se ve y la que se aprecia entre líneas.