Lo
más negativo de Battlestations: Midway, dependiendo que se
busca y/o espera, es que resulta muy corto y extremadamente consolero.
Lo bueno es que ambos puntos se pueden obviar con facilidad. El primero
porque su dinámica da para jugar un mismo escenario una y otra vez,
además siempre está el incentivo de ganar medallas o mejorar
un puntaje anterior. El segundo porque a pesar de todo cuenta con diversidad
y una dinámica que por donde se mire es entretenida, y está
muy bien implementada.
Respecto al contexto dudo mucho que para
estos tiempos exista alguien que no esté al menos levemente familiarizado,
al final de cuentas la Segunda Guerra Mundial ha sido y todavía
es una base histórica muy explotada por los desarrolladores de vídeojuegos
que quieren ahorrarse el esfuerzo de imaginar historias, héroes,
trama, conflictos y diseñar toda la gama de armas, vehículos
y sus capacidades, ventajas, desventajas, comportamiento y apariencia exterior.
En ésta oportunidad nuestro avatar es el Teniente Henry Walker
(nada señala que haya sido un personaje real) recientemente reasignado
a la flota del Pacífico que espera por sus ordenes de movilización
en Pearl Harbor. A partir de aquí el flujo de la aventura
no depara mayores sorpresas hasta su culminación en la batalla naval
de Midway.
Las
primeras misiones de la Campaña de los EE.UU. permiten acostumbrarse,
o recordar si se paso el tutorial, los controles básicos para dirigir
lanchas torpederas y de patrulla, destructores y barcos grandes, y avionetas
caza de combate. Aquí se nota que el equipo de Mithis Games,
aparentemente ahora Eidos Studios Hungary (falta confirmar si el
cambio fue así, o la compañía se dividio, o una nueva
entidad finalizó el proyecto), aprovecha de lo que aprendieron al
desarrollar Nexus: The Jupiter Incident y lo presentan mucho más
generalizado, simplificado, automatizado y consolizado. Lo bueno es que
su implementación no deja de estar muy buena en todo nivel.
Aunque no quedan dudas de que el diseño
fue enfocado para consolas, la versión PC posee controles intuitivos
y estándar que no se tarda en aprender y conocer. La jugabilidad
es ágil y dinámica y el realismo visual proporcionado muy
bueno. Toda la Campaña mantiene un tono de película interactiva
donde el jugador entra en escena en momentos clave durante la Guerra Naval
del Pacífico, como escenario paralelo a los eventos que suceden
en toda Europa y zonas aledañas como parte de la Segunda Guerra
Mundial. Cada batalla ocurre en un mapa predefinido y siempre contamos
con un número finito y preasignado de unidades. Al menos durante
la primera pasada es necesario ganar la misión en curso para pasar
a la siguiente misión.
Una
vez que nuestro personaje gana rango y tomamos control sobre más
de un barco se puede acceder a un mapa estratégico que permite dar
ordenes simples a cada unidad para armar ataques coordinados --algo-- más
sofisticados. El usuario puede tomar control manual sobre cualquiera de
las unidades disponibles sean estas lanchas, barcos, submarinos o avionetas
de combate. Con la excepción de las avionetas cuando se cuenta con
portaaviones o aereopuertos en tierra, y las lanchas si existe un puerto,
cada unidad es irremplazable. En muchas misiones la supervivencia de un
barco en particular es parte de los objetivos.
Durante los combates reluce tanto la cara
más consolera del juego como su bien pensada y entretenida jugabilidad.
No se puede salvar durante las batallas, por lo que hay que ganarlas o
re-jugar. En más de una oportunidad esto puede resultar irritante
porque se pierde a segundos de terminar, o porque uno se olvido cubrir
a la unidad clave pero el resto está bien. Por suerte esto termina
como un simple detalle secundario gracias a la agilidad de los combates,
el que tampoco sean misiones tan largas, y el que en el peor de los casos
se pueda reiniciar en modo Novato, en vez de Normal o Veterano.
Más
allá de gestionar las unidades estratégicamente, al tomar
control de una de ellas se puede apoyar a la muy buena Inteligencia Artificial
en el cumplimiento de sus objetivos asignados. Como es de esperar los barcos
cuentan con diversidad de armamento dependiendo a que clase pertenecen.
Un Destructor viene equipado de antiaéreo, artilleria, torpedos
e incluso cargas de profundidad. Un Crucero con mejor antiaéreo
y artilleria. Los caza con ametralladoras y cargas secundarias como bombas,
torpedos o cargas de profundidad para atacar submarinos. En el caso de
los barcos el usuario puede tomar control de las armas (que se activan
siempre y cuando su uso sea posible hacia donde se apunta), la dirección
y velocidad, y automáticamente las restantes pasan a control automático
por lo que el jugador no se siente atufado y puede más bien realizar
ataques más efectivos al oponente, o maniobras de evación
más efectivas.
La sensación lograda durante los
combates es muy buena y realista: las zaetas de artillería, los
claros indicios de la hélice de un torpedo en el agua, todo se complementa
para ofrecer gran ambiente y mucho entretenimiento. Si bien se puede dar
ordenes básicas y luego dejar que todo siga su curso siempre es
mejor, como buen comandante, asegurarse de que todo esté marchando
como se espera, aún cuando uno está más que ocupado
en un cara-a-cara con un crucero de batalla. A veces se extraña
el no poder colocar todo en pausa activa, pero esto daría una ventaja
muy grande e injusta al usuario.
Más
allá de poder controlar las armas de un barco, el jugador puede
aprovechar de una buena gestión de las reparaciones de los daños
para sobrevivir por más tiempo o al menos no hundirse por tonterias.
La pantalla de reparaciones permite gestionar tres iconos de equipos de
apoyo para que se enfoquen en el bombeo de agua, apagado de incendios o
la reparación de equipo/maquinaria o las armas. Según lo
que cada uno crea más conveniente en un momento determinado. Al
menos el evitar que entre agua o los incendios se extiendan suele ser muy
crítico en enfrentamientos lado a lado.
Visualmente, al igual que su audio, Battlestations:
Midway está muy bien, el detalle, las animaciones, la presencia
de tripulación sobre los barcos, daño en la cubierta, los
efectos de armas, fuego, humo y zaetas dejan una buena impresión
de como son las batallas navales, en especial cuando se pilotea un pequeño
caza y se avanza sobre una formación de batalla que no tiene la
intención de dejarnos pasar sin dar pelea.
El
sentimiento logrado al controlar lanchas, Destructores, Cruceros o Portaaviones,
al igual que submarinos o aviones de combate es muy bueno. No hay manera
de evitar torpedos si no se los noto a tiempo para girar, no hay forma
de escapar de una carga de artillería si se dejo que el oponente
apunte demasiado. Controlar las armas, velocidad y dirección es
sencillo y rápido, y pilotar un avión requiere sólo
del ratón y un par de teclas para el timón de cola y la aceleración/desaceleración.
La Inteligencia Artificial de barcos y aviones en automático, y
de los artilleros, es muy buena, aunque tienen un pequeño problema
al esquivar otros barcos que se cruzan
en su camino y están muy cerca cuando se les da ordenes de avanzar de un punto a otro. Lo bueno es que problemas reales
y notorios no hay, porque este es un caso en el que una mala IA podría
haber afectado mucho a toda la sensación y jugabilidad.
Para compensar por lo corto de su Campaña
y batallas en general, el vídeojuego da puntaje a cada oportunidad
que se juega y pasa una misión en particular. Recurriendo así
al deseo de autosuperación que cada jugador pueda tener. También
está la posibilidad de ganar medallas cumpliendo objetivos secundarios,
y tres desafíos (con barcos, aviones y submarinos) que trabajan
como mini-campañas con entre tres y cuatro misiones cada uno. Esto
sin olvidar las alternativas multiusuario.
En Síntesis. Aunque consolero y
de dinámica de juego más simple de lo que esperaba Battlestations:
Midway no deja de ser muy entretenido y re-jugable. Lo único
sería que quienes buscan por algo más estratégico,
o táctico, o donde puedan controlar el armamento y que barcos tiene
su flota, harían bien en considerar otros productos. El énfasis
con éste juego es la acción, la aventura y el dinamismo en
batallas que literalmente pueden dejarlo a uno sin respiro.