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Gráficos |
10|10 |
Jugabilidad |
9|10 |
Diversidad |
10|10 |
Sencillez |
10|10 |
Multiusuario |
n/a |
IA |
7|10 |
Innovación |
8|10 |
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Ficha
Técnica |
Productor |
Primal Software |
Distribuidor |
Zuxxez Entertainment |
Clasificación
ESRB |
Mature |
25/Mayo/2004 |
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PC
Recomendada |
CPU |
PIV |
RAM |
1GB |
T. Vídeo |
3D |
VRAM |
128MB |
Disco Duro |
1,05GB |
CD Drive |
52x |
Otro |
Mon. 17" |
Demo |
227MB |
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Al
final resulta que la jugabilidad de The I of the Dragon no va mucho
más allá de lo presentado en su demo. Los dos nuevos dragones,
Morrogh
y Barroth, poseen habilidades y capacidades distintas, además
de acceso a un mayor número de hechizos pero la idea de control
y combate sigue siendo la misma. Lo bueno es que
Primal Software
ha logrado capturar en su totalidad el espíritu de un RPG-acción
en su muy particular y bien implementado contexto. Las batallas son dinámicas
y están llenas de la necesidad de esquivar, moverse, e inclusive
pensar un poco. Para cambiar de aires, un par de las misiones habrá
que realizarlas tomando el papel del Rey, un Cazador o uno de los Generales
de la Alianza Humana que combate contra los monstruos. La historia no es
muy sofisticada pero al menos es coherente y contiene un par de sorpresas.
Las tres primeras zonas que podemos visitar
--las mismas del demo (Mediterrano, Golden Woods y Hole),
son básicamente para alcanzar el nivel necesario para que no seamos
presa fácil de los monstruos y enemigos de nivel superior. La variedad
de bichos es grande, desde criaturas de tierra con todo tamaño y
habilidades, hasta aquellas de aire; por suerte no hay muchas que pueden
volar así que la posibilidad de subir y bajar y movernos con mayor
libertad que los enemigos a nivel del suelo sigue siendo una ventaja, no
muy grande porque varios ya cuentan con ataques de misil que nos persigue,
pero ventaja al fin. Las nuevas criaturas van desde pequeños pseudo-dragones
a inmensos bichos que parecen Triceratops en esteroides.
Todos
los ataques son antiaéreos, no podía ser de otra manera,
la variedad sigue siendo grande y los sonidos de aproximación aprovechan
de parlantes y hardware con capacidad para audio envolvente. Los efectos
sonoros ayudan mucho al momento de percibir misiles que nos están
rastreando o si el enemigo nos ha disparado o no. Ver y escuchar los woosh
de un proyectil que pasa muy cerca no deja de ser interesante, más
aún cuando el cielo está literalmente saturado de rayos,
bolas de fuego, saetas de energía correteándonos, etcétera.
Un par de ataques son ultra rápidos y cuando no nos dan llegamos
a oir su paso por uno u otro lado como el de una flecha cruzando el aire,
la impresión es muy buena.
La lista de hechizos a la que tiene acceso
Annoth
a lo largo del juego incluye varios de dudosa utilidad, además de
poco poderosos, y otros acompañados con un excelente efecto visual
pero que a la hora de la verdad no son muy prácticos. Un ejemplo
del último caso es Volcano, que crea un volcán en
el punto indicado mismo que lanza piedras de fuego en toda dirección
pero no hace mucho daño, ni siquiera cuando hay un grupo grande
de enemigos y lairs (nidos) cerca uno del otro. Entre los más
poderosos y útiles está el Meteor, que hace caer del
cielo una gran roca de fuego que aplasta casi todo, genial para acelerar
el proceso de destruir madrigueras. Rage es muy bueno para emergencias
y disparar a lo loco, y Force of Regeneration ayuda a recuperar
salud rápido tras un combate de esos. Aim (apuntar) colabora
bastante contra criaturas que no se quieren quedar quietas.
Aunque
las diferentes misiones y jugabilidad pueden llegar a ser algo repetitivas
mantienen su nivel de acción constante e interés lo suficiente
como para que no se vuelva aburrido. El juego dura aproximadamente unas
30 horas en total así que tampoco hay mucho tiempo como para llegar
al punto de tedio. Tras jugar una vez con cualquier dragón hacerlo
con otro no llega a ser muy diferente o especial así que la re-jugabilidad
es bastante reducida, más aún con la falta de algún
modo skirmish o multiusuario, o terrenos generados aleatoriamente.
Las quests que debemos realizar son bastante directas: recuperar
artefactos, eliminar bosses, crear ciudades de un nivel determinado
o, sin más rodeos, destruir todos los nidos de un área y
a todos las criaturas que la infestan. Decidir que madrigueras eliminar
primero puede ser considerada una decisión estratégica, puesto
que así reducimos el número de un enemigo determinado (con
preferencia los más problemáticos o poderosos).
Un toque especial que tiene la jugabilidad
lo conforman las ciudades que podemos crear y su relación con los
nidos de monstruos. En un área sin población los nidos vuelven
ha aparecer y por ende los monstruos son infinitos. Existen seis niveles
de ciudad, dependiendo la zona donde deban estar el mismo está restringido;
además, ahora se entiende porque hay magos en alfombra voladora
recogiendo cuerpos de monstruos, lo que hacen en realidad es recolectar
sus almas, mismas que son la energía para poder reparar ciudades
al igual que aumentar su nivel. Si una ciudad sobrevive a un ataque y el
dragón está cerca puede arreglarla en su totalidad de manera
instantánea, idem si cuenta con la energía requerida para
aumentar de nivel (siempre y cuando no esté al límite permitido
por su territorio). |