Uno
de los mayores problemas del juego tiene que ver con la nefasta combinación
de un general nuestro bajo el control de la --a veces-- nada eficiente
Inteligencia Artificial. Acto que suele suceder cuando una tropa de respaldo
ataca a un enemigo desde otro ángulo, y su ejército está
liderado por uno de nuestros personajes. Más allá de su discutible
habilidad para liderar las tropas y realizar un ataque eficiente, o un
apoyo efectivo, está el hecho de su total falta de responsabilidad
al gestionar un ejército propio que podría ser de lo mejor
y habernos costado un montón armarlo, esto sin olvidar que obtener
buenos generales tampoco es sencillo; aún con el sistema de adopción.
Igual que antes salvar/cargar es sólo
una opción posible en el mapa estratégico, así que
llegado el momento siempre conviene dejar una huella de nuestro paso antes
de iniciar un nuevo turno, en especial cuando se ha avanzado harto. Nunca
falta un ataque sorpresa cuando un general importante se moviliza, o una
rebelión en un lugar clave que no tiene guarnicion, o una invasión
por el mar que nos agarra sin previo aviso. Si bien la idea es que podemos
recuperarnos de cualquier desastre, hay algunos clave que algargarian una
u otra situación mucho, así que siempre sirve tener donde
volver.
Las
batallas mantienen su particular magnificencia, con el agregado que el
nuevo sistema gráfico permite mucho mayor detalle y pirotécnia,
además de incluir una mayor gama de animaciones y efectos especiales.
El realismo presentado es tal que el canal de cable History Channel
ha adquirido los derechos para utilizar el engine, y su plataforma de desarrollo,
para crear escenarios de las batallas campales de la epoca, para uno de
sus nuevos programas. Como quien dice para mostrar las cosas lo más
cerca a la realidad de lo que actualmente se puede, sin estar ahí,
así de simple.
Ahora las tropas se ven en verdadero 3D,
no como antes que sólo parecían tridimensionales desde ciertos
ángulos. Además ofrecen variedad de animaciones y detalle.
Los enfrentamientos son más realistas, y los choques entre regimientos
más verosímiles. Cuando la caballería cae encima de
un grupo, después de una carrera, la primera fila suele salir volando
por el choque con los caballos, ni que decir cuando los elefantes pasan
a toda marcha en medio de varios regimientos. A todo éste despliegue
visual le acompaña un conjunto apropiado de efectos sonoros: choque
de armas, escudos, gritos, bufidos, o la infaltable corneta de retirada.
Tras
conquistar el mundo sólo queda dar la vuelta y dirijirse al centro
de toda la civilización: Roma. Proceso que dependiendo el caso puede
ser más o menos complicado. Considerando que el juego va del año
270 A.C. al 44 D.C. y que cada turno consta de seis meses, acabamos con
mucho más tiempo que en los predecesores. Terminada la campaña,
e incluso durante, están disponibles las modalidades de batalla
instantánea o batalla histórica. Además que a medida
que vamos eliminando facciones del mapa, las mismas van apareciendo como
disponibles para iniciar una nueva carrera por el dominio de todo.
El menú de configuración
permite gestionar las capacidades del engine para adaptarlo lo mejor posible
al hardware que uno posea. Lo mismo sucede con el audio y algunas opciones
de juego. El multiusuario aprovecha del sistema de emparejamiento ofrecido
por GameSpy al igual que permite crear partidas por Red Local o
Internet sin intermediarios.
En resumen. Sigue siendo Shogun,
sigue siendo Medieval, pero en ningun momento deja de presentar
una y otra característica que no dejan lugar a dudas de que se trata
de la última encarnación de la serie Total War, Rome.
Recomendado para todo aficionado a la saga, o quien guste de juegos de
estrategia donde haya algo más que sólo amazar ejércitos
y pelear por recursos, o puntos estratégicos.