A
menos que ataquemos a una especie en particular con demasiada insistencia
se mantienen indiferentes, y cualquier enfrentamiento termina ahí
donde inicia; incluso con los piratas. Lo que sí, es que no todas
son amigables desde un principio, por lo que no nos dejan atracar en sus
estaciones o comerciar con ellos. A medida que avanza la aventura aparece
una facción belicosa con todos que se vuelve un dolor de cabeza
para con los transportes en modo automático, peor aún si
se tiene estaciones indefensas en sectores sin protección.
El combate puede ser entretenido, en especial
si somos los mejor armados y equipados, pero claramente no es el fuerte
de éste juego. No en vano, uno de los personajes principales de
la aventura, el Jefe de la Policía Secreta Argon Ban Danna,
no pierde ocasión para recomendarnos crear una infraestructura industrial
apropiada que permita acceso a créditos de manera rápida,
cuando la ocasión así lo amerite. Además de ser una
indirecta, por cierto poco disimulada, de decir que ahorremos hasta tener
una mejor nave, armamento y/o equipo.
X2:
The Threat no está exento de cosas interesantes, como su contexto
y su sistema de comercio, o algunas de sus ideas visuales, como el aparcar
en el interior de las estaciones --lástima que pierda su encanto
rápido--. Hablando del contexto: a través de su original
sistema de notación del tiempo, no con horas, minutos y segundos,
dan a entender al jugador, de forma sútil y elegante, que a pesar
de todo, y apariencias aparte, el universo del juego no es precisamente
uno que evoluciona directamente del nuestro. Son humanos, al menos los
Argon,
pero dejan dudas sobre su origen. Aunque... nunca se sabe.
Entre las idiosincracias de la jugabilidad,
una que posee un atractivo particular, aunque a veces puede ser todo un
problema, es el sistema de salvado. Sólo es posible hacerlo en las
estaciones, o cuando se ha comprado un seguro que únicamente se
encuentra en el Templo Goner. Esto evita que algunas secuencias
sean salvar cada vez que algo va bien (es buena idea comprar varios seguros
antes de considerar seguir con la aventura). Lo malo es que a veces al
explorar hay extensos tramos de espacio, literalmente, en el cual ninguna
base nos deja atracar, el resultado es que cualquier fallo puede acabar
en horas y horas de juego perdidas. Tiene sus pros y contras, como casi
todo en una simulación.
Aunque
no es ideal, el equipo de EgoSoft ha encontrado un buen balance
entre simulación, comercio y combate. Con el énfais puesto
en ese orden. Los únicos que tal vez se sientan decepcionados, o
defraudados, son aquellos que estén buscando un juego de batallas
espaciales desde una monoplaza, peor aún si con un estilo arcade.
Quienes estén buscando un buen viaje por el universo y un sofisticado
sistema comercial, que aunque lento sabe premiar el esfuerzo, encontraran
en X2: The Threat días y días de entretenimiento.
Queda dicho que no es un juego casual, en un par de horas, literalmente,
no avanza nada.
Tecnológicamente quiza lo más
sofisticado sea la simulación subyacente que gestiona cientos de
naves de comercio/combate, fábricas, productos y la oferta-demanda
de los mismos por especie y sector. El sistema es lo bastante simple para
no ser muy extraño, y suficientemente sofisticado para crear situaciones
de saturación de mercado en los cuales los precios de la demanda
bajan, o directamente nadie los requiere en volúmen por un buen
tiempo. La Inteligencia Artificial, y en especial el autopiloto de vuelo
hacen un papel más que decente en la mayoría de las ocasiones
(aunque las naves en modo automático podrían haber sido más
capaces, o más inteligentes, según como se mire).
En
relación a lo anterior, todo usuario que así lo desee, y
registre su producto en el sitio Web oficial, tiene acceso a variedad de
herramientas para crear Mods, inclusive cuenta con un editor de
scripts
que permite desarrollar nuevas extensiones para las capacidades de la I.A.
y el comportamiento autónomo de las naves, fábricas y estaciones.
Tal y como el más reciente paquete de bonos (bonus package)
lo demuestra hasta se puede crear módulos de sistema, y extender
con mucho las habilidades independientes de cada nave, además de
otorgarles nuevas capacidades.
Visualmente el engine es bueno, aunque
nada extraordinario. Lo que si se puede lamentar es la falta de imaginación
de los diseñadores gráficos para con las naves y estructuras,
las únicas que en verdad parecen de otro mundo, o universo, son
las Boron. Las restantes parecen modelos casi clonados con diferentes
skins
y/o juegos de color --con una que otra excepción--. Tal vez existan
razones técnicas para ello, como evitar forzar al hardware, pero
no evita que el resto de las especies no sean tan distinguibles a simple
vista, lo que es de extrañar en un juego que tanto resalta su naturaleza
de primera persona. El audio es bueno, pero nada especial.
En Resumen. Quiza no un juego para todos,
pero para quienes gustán de los simuladores comerciales, las conquistas
galácticas, y los combates, éste juego es de lo mejor en
la categoría.