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Gráficos |
9|10 |
Jugabilidad |
8|10 |
Diversidad |
10|10 |
Sencillez |
8|10 |
Multiusuario |
n/a |
IA |
7|10 |
Innovación |
8|10 |
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Ficha
Técnica |
Productor |
EgoSoft |
Distribuidor |
Enlight Software |
Clasificación
ESRB |
Teen |
04/Febrero/2004 |
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PC
Recomendada |
CPU |
PIV |
RAM |
512MB |
T. Vídeo |
3D |
VRAM |
64MB |
Disco Duro |
n/a |
CD Drive |
52x |
Otro |
Mon. 17" |
Demo |
140,7MB |
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X2:
The Threat (X2: La Amenaza; al parecer también
X2: The Khaak
Threat) es presentado como un simulador de combate espacial, lo que
si bien es parcialmente cierto está algo alejado de la realidad.
Mas bien califica como un simulador de conquista galáctica que permite
recorrer, luchar y apreciar el universo en primera persona desde la cabina
de mando de una nave-caza, de carga o de transporte de personal. Posee
varios puntos a favor, aunque lamentablemente también cuenta con
características negativas que reducen lo que podría haber
sido una experiencia excelente.
Antes de poder siquiera pensar en combatir
apropiadamente --la faceta simulación de nave-caza monoplaza-- hay
que crear un imperio, o mini-imperio, financiero para poder comprar mejor
transporte y equiparlo como se debe. Proceso que no es ni rápido,
ni directo, aunque queda claro que es diverso y entretenido; esto último
para quienes sepan apreciar la simulación mercantil y económica
subyacente. Los enfrentamientos uno-a-uno son sólo viables cuando
se está detrás de una nave mejor que aquella a la que se
piensa atacar. Cuando se es blanco de más de una, aún de
las pequeñas, mejor correr si alcanza el tiempo; la única
excepción sería estando al mando de una bien equipada nave
clase M6, M1 o M2 (crucero/corvett, portanaves/carrier y
destructor, respectivamente).
Tras
la introducción al contexto, mediante escenas con el engine, el
juego pareciera avanzar rápido. Recibimos una primera misión
que es bastante sencilla: ir al sector de Home of Light y ver que
trabajo nos pueden ofrecer en las oficinas centrales de la corporación
TerraCorp.
A partir de aquí la aventura en si no se va complicando mucho, podemos
explorar sistemas adyacentes, y adentrarnos en la dinámica de juego.
Bajo la premisa de 'Trade - Fight - Build - Explore' (Comercia - Lucha
- Construye - Explora) el producto de Egosoft se presenta como uno
donde el usuario decide cuando continuar con la aventura. Además
que le permite seguir incluso después de haberla terminado. Tampoco
es que sea muy sofisticada y/o relevante, pero algo agrega al conjunto.
A pesar de la libertad que se posee no
es tanto un juego de naturaleza emergente, como uno no-lineal. Resulta
que no es emergente porque la mecánica de jugabilidad no permite
ir más allá de lo establecido por diseñadores y programadores.
Se puede armar una infraestructua comercial a gusto, cierto, pero no creando
productos nuevos, no armando fábricas especiales personalizadas.
El caso es que la variedad de recursos, materias primas, naves, razas y
sectores permiten que cada jugador haga las cosas de una manera distinta.
No obliga a seguir una pauta predefinida, es no-lineal (es abierto). La
única secuencia prediseñada ocurre cuando contactamos a un
grupo de NPC importantes para así continuar con la historia.
Para
entender los por menores de la interface y los controles, y en especial
del sistema de comercio, conviene dar primero una mirada al tutorial, presentado
en éste caso como simulador; aunque lamentablemente suelen existir
contradicciones entre lo dicho por la voz, y lo mostrado en texto. Tampoco
dan nada sobre cuales teclas hacen que, por lo que también sería
una buena idea leer el manual. Aquí vale destacar que la versión
1.0 posee variedad de pequeños problemas asi que conviene realizar
los arreglos (con
patches) pertinentes para subirla a la 1.4, que
además ofrece más datos en las pantallas de información
(obviamente si no se lo hizo ya).
La jugabilidad tal cual coloca al usuario
detrás de los controles de una nave monoplaza, puede ser de combate,
carga o transporte de pasajeros. Hay variedad de modelos para cada una
de las clases, cuyas características básicas dependen de
la especie a la que pertenecen. Explorar el universo desde una perspectiva
en primera persona es original y entretenido pero no tarda en perder su
encanto. Primero porque no hay gran variedad o diversidad entre sector
y sector, las especies tienen más semejanzas que otra cosa y, segundo,
el combatir no es una alternativa viable hasta bien avanzado el juego.
Prácticamente
todo lo realizamos desde la cabina de piloto, aún en naves más
grandes. El efecto de maniobrabilidad de cada uno de los modelos está
muy bien logrado, aunque no tanto así el de la velocidad; por más
que ir de un punto a otro en las navecillas de exploración sea mucho
más rápido que en los cargueros. Las apariencias exteriores
varian un poco, pero no así la perspectiva de cabina. No existe
una bien implementada vista en tercera persona, pero si se puede ver el
exterior, y lo que ven las torretas. El control puede ser por joystick
o con ratón, y en ambos casos es cuestión de acostumbrarse.
Su soporte para force feedback lo hace más interesante con
el hardware apropiado.
También existe una perspectiva astronauta,
que se comporta como si fuera una mininave. Su utilidad es discutible y
más allá de para cumplir con los objetivos de la aventura,
no tiene gran atractivo ni un uso práctico (tal vez pasar a una
nave capturada, pero sería un caso especial). Llegado el momento,
y con los sistemas apropiados, se puede colocar la nave en piloto automático
y concentrarse en gestionar fábricas y cargueros/cazas que no estén
trabajando de forma autónoma. Con el debido cuidado porque el sistema
carga archivos al pasar portales y entrar en estaciones.
Pasado
un tiempo, durante el cual se arma la trama y nos enteramos de que no todo
es jovialidad en el espacio, llega la hora en que deberemos apañárnoslas
solos en el extenso y poco amistoso universo del juego. Con 135 sectores,
cinco especies oficiales, variedad de naves, equipos, armamento y recursos
no hay como aburrirse, al menos en teoría. Empezar con la construcción
de un imperio comercial desde temprano, antes de que se compliquen las
cosas, parece ser la mejor ruta a seguir para evitar mayores problemas
a corto plazo.
A pesar de lo que su comercialización
como producto pueda dar a entender, el sistema mercantil y económico
son las verdaderas estrellas de éste vídeojuego. Les siguen
la tecnología y la simulación de vuelo de naves en espacio
abierto. Todo cuesta una fortuna y para ser quien somos, como protagonista
en la historia, nadie nos regala nada --una forma algo forzada de adentrar
al jugador en la otra cara de la jugabilida--. Aqui cada quien se las apaña
como puede, con lo que tiene o, más bien, con lo que consigue. Aunque
más realista, está particularidad es discutible en cuanto
a si hace las cosas más interesantes, o no. |