Algo
que si es atractivo, es la presencia de respuestas opcionales en distintos
colores otorgadas por la habilidad de seducir, intimidar o mentir que van
de acuerdo al momento y los personajes. También resulta muy bien
implementado todo el contexto e idea de vivir en un mundo donde los Vampiros
y otras criaturas 'de fantasía' rondan la noche. Por más
que algunos diálogos suenen algo fuertes desde el punto de vista
de ser sólo un contenedor móvil de su alimento. Si bien es
cierto que existe mucha charla, la misma es, sobretodo, para contextualizar
al usuario y narrar la historia y sus tejemenejes.
Un aspecto negativo del diseño de
niveles es que algunas cosas, aunque pareciera que requieren u ofrecen
algo más no lo hacen. Como los códigos de las computadoras,
o nos los da el contexto o la misión, no sirve de nada explorar
lugares extraños, o curiosear por aquí o allá. El
entorno tampoco es muy interactivo, sólo los objetos que tienen
algún papel son manipulables, el resto está clavado al suelo,
el techo o la pared. La necesidad de armas, y hasta el uso de inventario,
carece de mucha utilidad, al final de cuentas los ataques cuerpo a cuerpo
son mejores contra criaturas que pueden esquivar balas.
A
momentos los ambientes parecieran ser tan abiertos, tan listos a ser explorados
en el orden y la manera que al usuario le de la gana, pero por desgracia
no tardamos en encontrar puertas que sólo se abren bajo tal o cual
situación, áreas que ni acceso tienen (hay un edificio en
los puertos de Santa Mónica sin puerta), y otros tantos que sólo
pueden ser visitados en un momento preprogramado. Hay demasiados escenarios
y ambientes que invitan a ser explorados pero que no tardan en mostrar
su cara de cajón y laberinto de ratas blancas. Ésta característica
es frustrante una y otra vez, si la cosa es líneal, ¿por
qué invertir tiempo en tratar de hacer creer que no?.
Bloodlines es uno de los pocos juegos
de RPG donde es posible guardar todos los puntos de experiencia ganados,
hasta el momento en el que realmente el avanzar se haga imposible porque
existe alguna desventaja de nivel con el oponente. No hay mucho entre que
elegir, y los poderes que vamos ganando no son particularmente ventajosos
en tal o cual situación, pero al menos están ahí para
cuando querramos experimentar con ellos, o ver algunos de sus efectos audiovisuales.
El
combate no presenta nada especial. Cuando es con arma blanca o puños
pasa a tercera persona, es bastante cáotico y el usuario tiene poco
control --real--; más o menos lo mismo ocurre con armas de fuego,
aunque dar en el blanco, o no, es mucho menos claro. Si bien es posible
cargar con bastante armamento, no podemos llevar lo extra que encontramos
para vender, aunque al final tampoco es que el dinero vaya a servir de
mucho por la falta de uso que se puede dar a lo que uno encuentra otro
que en ocasiones pre-establecidas.
La tecnología Source no logra
destacarse mucho en éste juego, lo único realmente innovador
es el movimiento natural de algunos materiales, como las telas de los vestidos
y faldas, pero esto termina siendo un detalle irrelevante que además
ya fue presentado por varios engines en los dos últimos años.
Lo que si resulta totalmente bizarro, y no hay manera de convencer a nuestro
cerebro de lo opuesto, es la parte furtiva; todo termina siendo una suma
de atributos y habilidades, a tal punto que podemos pasar frente a varios
NPC que actuarán como que no nos ven, por más que la imagen
éste ahí, totalmente clara, no han disimulado el efecto ni
con sombras, ni con semi-transparencia del personaje. Raro, y lamentable.
En resumen. Bueno, jugable, pero nada más.
Tal vez les resulte mucho más atractivo e interesante a quienes
estén familiarizados con todo el contexto creado por White Wolf
respecto a Vampire - The Masquerade. A cualquier otro aficionado
de los RPG puede que les interese y hasta guste, pero no atrapa como otros
juegos del género.