Cada cierto tiempo cada categoría de juego parece estancarse en un patrón de jugabilidad e ideas bien rígido, epoca destacada porque cada juego nuevo tiene más oraciones empezando con un 'se parece a', 'usa el sistema de', 'similiar/idéntico a', etcétera en vez de aquellas que reflejan su novedad y la originalidad de sus ideas. Fue en estos tiempos en que Age of Empires hace su aparición, cuando el RTS en general estaba fijado a juegos ya sea basados en mundos de fantasía o en mundos de combate clásico. No voy a decir que este juego trae un universo de novedades, porque no es cierto, tampoco voy a decir que el juego ofrece toda una nueva idea de jugabilidad, porque no sería verdad. Lo que si es cierto es que este juego trae algo fresco a la categoría y lo presenta con una excelente calidad y mucha, pero mucha, variedad. Además de que saliéndose de la norma del momento AoE presenta unidades e historia basada en aquella real del pasado de la humanidad.

Lo primero que resalta de Age of Empires es su excelente sistema gráfico, detallado, fino, realista y con una impecable representación de un mundo tridimensional en una superficie plana. Desde la más mínima ave que surca los cielos hasta la última unidad que podemos controlar cuentan con un detalle de animación casi perfecto. Los combates realmente ofrecen esa sensación de batalla épica; en comparación, en el más de los RTS sus combates parecen sólo un tumulto de unidades tratando de pegarle a algo. Si bien es cierto de que no existen tremendos efectos visuales de hechizos o armas poderosas, el efecto de las catapultas o las flechas en el suelo compensa por demás su ausencia, ni que decir de las batallas navales con bolas de fuego y flechas gigantes que van de un barco a otro. Todas las estructuras están muy bien detalladas, si bien, hay que admitirlo, la proporción no esta del todo bien represenada, pero es un punto mínimo y definitivamente perdonable.

Este juego es uno de los pocos que puede jactarse de contar con un alto número de unidades y una muy buena variedad. Desde los bárbaros con su traje de piel hasta los impresionantes Centuriones; desde el rápido jinete explorador apenas protegido hasta los Cathapract, ni que decir de los arqueros y los terribles elefantes de batalla. Más allá de la extensa diversidad, Age of Empires es uno de los contados, por no decir el único, juego RTS que exige diversidad en el uso de formaciones. Usar sólo elefantes puede ser una tentación para los amantes de los tanques pero son fáciles de convertir por un buen grupo de monjes y un batallón de arqueros les pueden hacer frente sin --muchos-- problemas gracias al lento caminar de estos animales (con una excepción). Los terribles Centuriones griegos, por más impresionante que sea verlos avanzar, sucumben rápidamente ante flechas y catapultas a pesar de que caminan mucho más rápido que sus equivalentes de otras civilizaciones. En fin, concentrarse en un sólo tipo de unidad es perder la batalla.

Desgraciadamente la diversidad y variedad permitida en las unidades de tierra no tiene su equivalente en las de agua donde tener mucho de la más poderosa si es útil, claro que si el mapa considera al mar sólo como fuente de comida, tener o no control es irrelevante. Con un límite máximo de hasta 200 tropas, donde un peón o una catapulta cuentan como una sola unidad, las batallas en este juego suelen ser muy entretenidas, y cuando llega la calma el terreno de combate realmente luce como si hubiera pasado un huracán por la zona. La posibilidad de jugar varias campañas inspiradas en eventos reales e importantes de la historia de la humanidad si bien no tiene el nivel ni la originalidad de algunas otras historias de juegos RTS, si tiene ese sentimiento de participar de algo grande.