Más allá del retraso de
un mes en la salida del demo, la espera y los 1.8 GB del instalador bien
valieron la pena para dar un primer vistazo a lo que nos espera en la versión
completa de Crysis a finales de Noviembre. Lo único a tomar
en cuenta antes de decidir descargarlo es asegurarse de si se cuenta con
un equipo lo suficientemente capaz, o al menos uno que califique como mínimo.
Con el detalle que lo más importante es contar con un procesador
rápido (3.0 GHz o más) o un multi-core y una tarjeta de vídeo
lo más nueva posible (con la nota de que una ATI Radeon 1600 ya
califica como casi al borde de lo mínimo). Al fin de cuentas, y
como lo destacan sus desarrolladores, éste es un juego hecho y pensado
para llevar el hardware actual al límite y todavía ser moderno
en un par de años, y lo cumplen.
Para el equipo de testeo, una pentium D
3.0 GHz, 2 GB RAM, Radeon 1600 c/256 VRAM y Creative X-Fi Xtrememusic, el sistema
recomendo una configuración del juego con todo en bajo y una resolución
de 800x600. Lo que no impidio que las cosas se vieran mejores que en FarCry
con todo en alto. Quien más trabajaba es la tarjeta de vídeo,
porque el uso de ambos cores no paso del 55% - 65%, claro que su sistema
de física estaba bajo. El caso siendo, una vez más, asegurarse
de tener un equipo equivalente al mínimo requerido o mucho mejor,
en particular tarjeta de vídeo.
El demo, por lo visto, es la parte inicial
casi tutorial del juego. Empieza directo en la acción y con el aterrizaje
furtivo de tropas especiales de los EE.UU. en el año 2020 en una
isla de las Filipinas tomada por fuerzas militares de Korea del Norte por
motivos desconocidos y aparentemente sin provocación. Desde un principio
lo que destaca es el nano-traje para operaciones militares especiales y
es interesante percatarse como con un par de detalles y extensiones logran
llevar la dinámica a muy entretenidos nuevos niveles.
Esta versión de testeo permite probarlo
todo sin restricciones (hasta se puede guardar/guardar rápido y
cargar a gusto), desde atacar un par de campamentos militares pequeños,
a infiltrarse en puntos de vigilancia. Todo esto cumpliendo varios objetivos
primarios y secundarios y avanzando según el estilo que prefiera
cada cual. Incluso se puede probar el asunto varias veces gracias a su
naturaleza de abierto y masivo, y la disponibilidad de varios
niveles de dificultad que van desde una experiencia casi arcade a otra donde hay que saber aprovechar de las ventajas del traje y el entorno para sobrevivir.
Visual y tecnológicamente no caben
dudas de que el engine CryTek está, sin mayores rodeos, en lo más
alto en la curva en estos momentos y casi con seguridad hasta su próxima
actualización. Como indique al principio con todas las opciones
en bajo (detalle, texturas, modelos, shaders, sombras, luces dinámicas)
logra ser equivalente a lo que se apreciaba en su primera versión
pero con las opciones en alto, y hasta mejor gracias a un notorio incremento
en el número de polígonos. Sin olvidar una mayor y mejor
presencia del sistema de física simulada.
Obviamente más allá del factor
tecnológico la mayor novedad de éste juego es la implementación
del nano-traje y la configuración rápida de armamento. Tras
un par de horas cruzando la júngla, enfrentándome a militares
y sus vehículos puedo afirmar que ambos son muy útiles, muy
interesantes y su implementación está impecable. Es reconfortante
notar como la presencia de apenas cuatro extensiones tácticas con
el nano-traje (armadura, velocidad, fuerza y camuflaje) le otorgan a toda
la jugabilidad un nuevo nivel. Configurar armas a la rápida también
tiene su uso, y de seguro el mismo es mayor con armas más sofisticadas
de las primeras que encontramos.
Por defecto el traje está en modo
armadura, el cual absorbe impactos siempre y cuando tenga energía,
armas de bajo calibre casi no hacen daño pero las más
grandes si son peligrosas. Como éste modo sólo usa energía
si estamos bajo fuego sirve para recargar la fuente del traje en cualquier
otra situación. Los otros tres estados del traje son también
obvios en su uso, pero esto no evita que abran un montón de alternativas
tácticas al usuario que desee utilizarlas. Por cierto que si logramos
escondernos o escapar a tiempo el traje también regenera salud (nada
para despistar como el camuflaje, o la velocidad para salir corriendo, o la fuerza para saltar a un techo y sanar).
Las armas del demo no son muchas ni las
más avanzadas o poderosas, pero al menos permiten ver como funciona
el sistema de configuración. Se puede quitar o agregar un buen número
de extras, como silenciadores, linternas, miras, y extras tácticos
bajo el barril de los fusiles. El nano-traje incluye visión nocturna,
y tenemos a mano los binoculares que sirven para detectar enemigos a la
distancia y/o explorar el entorno antes de avanzar. También se puede
comandar vehículos y ahora es posible elegir la posición
dentro el mismo para utilizar el armamento o conducir; la perspectiva en
tercera persona e incluso la en primera se siente mucho mejor que antes.
En Síntesis. Una excelente primera
impresión del juego a través de un demo que permite testearlo
todo sin mayores restricciones. Además inicia la historia y como
buen producto publicitario deja con muchas ganas de más.