A
pesar de cualquier intento de sus desarrolladores o intención original
con el juego, Alpha Prime no llega a ser otra cosa que un shooter
sin mayor pena o gloria. Ni siquiera la historia que parecía prometedora
logra mantener su ritmo y argumento, por lo que no tarda en convertirse
en un producto hecho por fórmula. La tecnología visual que
también daba todos los indicios de que llegaría a agregar
lo suyo a la dinámica de juego apenas consigue que se vea bien y
actual.
Quizá el mayor problema con éste
juego fue el querer mantenerlo dentro lo estándar y conocido, lo
malo es que con éste afán el equipo de desarrollo se olvida
por completo de incluir algo nuevo, diferente o al menos una implementación
propia, original y/o atractiva. El diseño de niveles es normal,
con poca imaginación, líneal. Lo único que califica
como inusual es un aparato de hackeo universal que nuestro personaje adquiere
bien temprano y que le sirve para tomar control de maquinaria, cámaras
y otros artefactos electrónicos, además de para abrir puertas.
A medida que uno avanza queda claro que no supieron muy bien qué
hacer con él y su rol se reduce al punto de desaparecer.
La
historia empieza interesante pero no tarda en convertirse en un rebuscado
complot megalomaniaco de una Corporación minera. El producto y razón
de la discordia es el hubardium, un mineral que tiene varias utilidades
industriales además de ser una extraña droga con efectos
secundarios que varían según el consumidor y el consumo.
Todo inicia con que algo extraño ocurre en el asteroide minero Alpha,
se perdió contacto con los trabajadores y la mina. Nuestro personaje,
Arnold Weiss, es convencido por su amor de juventud, Livia,
de acompañarla a investigar qué paso y en el proceso rescatar
a su novio, y (ex)amigo del primero, Reynolds.
Una vez que llegan al sector y entran en
la órbita del asteroide problemas en la nave espacial obligan a
Arnold a aterrizar en él mientras Livia se queda con la intención
de ayudar y guiarle aprovechando de sus habilidades de hacker y que puede
introducirse en los sistemas de la mina y tomar control de puertas, cámaras
y otras medidas de seguridad. La llegada a la superficie no es nada suave
y tampoco lo es el comite de bienvenida, unos robots de mantenimiento que
por lo visto han perdido el control. Tras adentrarse un poco más
en las instalaciones el personaje se topa con humanos que parecen haber
sufrido algún tipo de contaminación que los hace muy agresivos
y nada rasonables.
La
jugabilidad no ofrece nada nuevo a pesar de las intensiones entre líneas
que se puede percibir. Cuando estamos fuera de las instalaciones es necesario
recargar oxígeno en distribuidores esparcidos por las cercanías,
si bien esto agrega un poco de ambientación tampoco hace mucho más.
El estilo shooter es innegable y la falta de extensiones reales hace
que hasta se sienta retro. El intento de incluir elementos de distinción
a través del aparato de hackeo automático y un bullet
time se ve mermado por un uso cada vez menor del primero (y nunca muy
útil), y una nada interesante implementación del segundo
(el uso táctico para enfrentar varios oponentes simultáneamente
es mínimo). Manipular maquinaría es interesante pero apenas
se lo hace unas cuantas veces, de manera simple, muy por guión y
restringido.
Tanto el armamento como los oponentes y
el diseño de nivel carecen de atractivo alguno. Entre las armas
no hay ninguna que destaque o sea memorable, quizá un poco el fusil
de sniper con su extraño sistema de mira telescópica, pero
el martillo, la pistola, el fusil-ametralladora tipo gatling no
dicen nada especial. Los diferentes robots humanoides, las arañas
mecánicas y afines, al igual que los integrantes de un grupo de
combate de élite cuya mayor distinción es el color de su
uniforme o el arma que portan tampoco dicen gran cosa. Los escenarios no
ofrecen nada que sea excepcional, muy memorable o siquiera original del
todo.
La
tecnología en Alpha Prime no está mal pero tampoco
dice mucho, tal vez por no ser aprovechada al máximo (o mejor) por
los niveles y la jugabilidad. Por ejemplo, un detalle con respecto a esto
último es la posibilidad de arrojar cosas pero las mismas no llaman
la atención de los oponentes ni los distraen. Al menos las explosiones
se ven algo realistas, al igual que los monitores y pantallas de seguridad
con imágenes en tiempo real de donde apuntan y exploran. En lo que
concierne al detalle visual las cosas están bien pero tampoco nada
fuera de lo común o esperado.
El audio sabe aprovechar de cualquier hardware
específico, como una tarjeta de Creative para agregar ciertos
efectos sonoros que de otra forma están ausentes, como eco o reverberación
avanzados. La actuación de voces --en inglés-- de los personajes
no están mal pero tampoco son capaces de añadir su grano
de arena al todo del juego. En su mayoría son creíbles pero
no van más allá. Lo que si podría haber estado mejor
son los gritos y los comentarios de charla de los oponentes que suenan
entre estándar y fuera de lugar.
En Síntesis. Aunque no deja de ser
entretenido éste juego carece de elementos que le permitan calificar
como algo más que un shooter tradicional con tecnología actual.
A parte que puede resultar corto y carece de un contexto o dinámica
que refuerce el deseo de volver a jugar. Esto último levemente dependiente
de los gustos de cada uno.