Si
habría que resaltar tres cosas de éste juego estas serían
su diseño de niveles, su uso del engine Doom 3 y su bizarra
aunque extrañamente coherente historia. Si hay algo para lamentar
es que más allá de la dinámica expuesta en el demo,
o percibida durante la primera hora de juego, este producto de Human
Head Studios no tiene más para dar.
Con apenas extensiones técnicas
el impecable engine de id Software presenta un ambiente sombrío,
oscuro y orgánico de unos invasores que empiezan a recolectar personas
como si fueran ganado. En medio de ésta extraña cosecha se
encuentra Tommy un Cherokee que reniega de sus ancestros, Jen su novia
que no quiere dejar la reserva y el abuelo del primero que desea a toda
costa enseñarle las habilidades de sus predecesores y el legado
de su gente.
La
invasión los toma a todos por sorpresa y antes de que puedan darse
cuenta se ven atrapados en un tiovivo que los transporta a un destino desconocido.
Gracias a la ayuda de un rebelde Tommy queda libre e intenta encontrar
y salvar a su abuelo y Jen. Recorre laberínticos túneles
y pasillos y se encuentra con horrores que apelan más al disgusto
visual que al suspenso o al terror propiamente dicho.
En su travesía el héroe deberá
aprender a controlar sus sentidos y su estómago al enfrentar una
realidad contextual que deja de lado la seguridad del arriba y el abajo,
el aquí y el allá. Las diversas maneras en que los diseñadores
de nivel manipulan y juegan con zonas de gravedad variable, portales y
rampas gravitatorias es quizá lo único que vale destacar
de Prey. El concepto no deja de mantenerse atractivo gracias a la
diversidad de escenarios, pero nada impide que todo resulte "normal", lineal
y un tanto monótono a la larga, por suerte la aventura termina antes
de llegarse a un punto de tedio o repetitividad notorios.
Más
allá del casi impecable diseño de niveles lo único
que destaca en cierta medida son las armas del personaje, no tanto por
su originalidad como por su presentación visual. Todas siguen la
idea de que son orgánicas por lo que sus animaciones tienen mucho
de vivo cuando se dispara o se está en descanso. Tampoco falta el
arma adaptable que puede absorber diferentes tipos de energía (frío,
fuego, rayo, plasma) cuyos ataques poseen también distintos efectos.
Como extensiones a su dinámica de
juego Prey cuenta con dos ideas, la primera es el paso al mundo
astral que tiene a su disposición Tommy, lamentablemente la utilidad
de éste es casi nula y trabaja muy por guión (incluyendo
las ocasiones en que hay que resolver pequeños rompecabezas). Manteniéndose
dentro el concepto está la presencia de un espíritu de halcon,
Talon, el que resulta bastante práctico para saber si nos hemos
perdido, u obtener una idea de como hay que seguir; además suele
ayudarnos en combate.
La
segunda extensión es la posibilidad de controlar una especie de
exoesqueleto-nave que se vuelve indispensable para moverse en el interior
de la extraña base-planeta-ser extraterrestre; su uso es también
muy por guión y más allá de la primera vez no tiene
mucho de espectacular. Claro que siempre resulta como un cambio para distraer
un poco al jugador de la monotonía de recorrer pasillos, plataformas,
estaciones de control, túneles, tuberías y alcantarillados.
Los enemigos y el ritmo del juego obedecen
a un shooter tradicional, a medida que avanzamos encontramos criaturas
más fuertes, más poderosas, más grandes y peligrosas,
al igual que mejor armamento. Tampoco faltan monstruos jefe que habrá
que enfrentar cada tanto. Munición suele existir por todo rincón,
en especial antes o después de escaramusas notables; ídem
con puntos donde se puede recuperar salud aparte que aunque se muera siempre
se puede volver del mundo astral luego de recuperar algo de vida.
En Síntesis. Un buen shooter cuya
finalidad es entretener. Su avance es ágil y directo, la aventura
atrapa y el diseño de niveles aporta lo suyo para lograr que el
juego se sienta algo diferente.