Doom es, innegablemente, el abuelo de todos los juegos de acción en primera persona (FPS) por más que Wolfenstein 3D haya venido antes ofreciendo --casi-- lo mismo. Para muchos, entonces, resultará de lo más extraño que este juego conocido y afamado por su acción sin sentido, por las decenas de monstruos que teníamos que eliminar sin más consideración, renazca en Doom 3 (todavía no es el nombre oficial) como un FPS-Inteligente, con historia, con jugabilidad extendida y con un ambiente en algo recordatorio de aquel presente en su original, que hace uso de lo más moderno en tecnología tridimensional, de luces y efectos dinámicos generados en tiempo real. Todo parece indicar que esta nueva presentación viene no sólo a hacerle honor al nombre pero, también, a introducir y a adquirir uno propio.

En el original de Doom lo último que interesaba saber era la historia, parece que con Doom 3 la cosa cambia. El tiempo no pasa en vano y desde esos días hasta hoy ha habido decenas de cambios en la categoría de los juegos de acción, de los en primera persona en particular, de todos en general. Son pocos los juegos que ahora hacen gala de su capacidad de ofrecernos poco contenido pero muchos enemigos para eliminar. Para que un juego resalte del montón tiene que traer una historia que atrape, una jugabilidad extendida que nos permita interactuar con el entorno y pasar las misiones de dos o más maneras. El viejo Doom, tal y como lo conocemos, ya no tiene cabida en este nuevo milenio, y los de id Software lo saben mejor que nadie.

Tanto el juego como la compañía que lo produjo han evolucionado, a tal punto que a id Software no le molesta que otras empresas esten produciendo dos de sus grandes exitos, el recientemente anunciado Quake 4 por Raven Software y el no menos famoso Return to Castle Wolfenstein por Gray Matter. A mi parecer todo esto suena mucho a que quieren dar una buena impresión en este recién estrenado milenio y ofrecer a todos los jugadores versiones modernas de sus juegos más famosos, tan rápido como posible. En todo esto id se guardo el derecho de producir al más conocido (y afamado) de todos ellos, Doom. Pero no nos van ha entregar, o al menos no parece, una --simple-- version actualizada del juego que los hizo lo que son, si no una que demuestre porque son, quienes son.

Lo más comentado del nuevo Doom es su sistema gráfico, el que cuenta con un respaldo del nivel y calidad como aquel presente en el engine de Quake 3; más allá de una nitidez y realismo visual increíbles contaremos con nuevos y sofisticados efectos de sombra y luz realizados en tiempo real. El papel de estos últimos es dar a Doom 3 un ambiente tenebroso y sombrío, equivalente a aquel ofrecido en su momento por el original. Toda esta especialización nos permite especular sobre la --posible-- presencia de un sistema esqueletal (ó, jerarquizado) para poder dañar al enemigo en partes varias y en grados diversos, también podemos pensar en un sofisticado sistema de partículas para los efectos de las armas y, tal vez, otro para la física de fluídos (i.e. sangre).

Para dorar la píldora es más que probable de que el nuevo engine cuente con un excelente sistema de sonido que haga uso de lo último y más reciente en tecnologías de sonido 3D, envolvente y la tecnología EAX (que aprovecha al máximo cualquier hardware compatible para ofrecer efectos de mayor calidad y claridad auditiva). Todas estas bellezas sin embargo vendrán a un precio, la necesidad de contar con un equipo mejor que promedio si no uno poderoso. Ya llegara el momento en que tendremos que decidir si este directo descendiente del famoso Doom merece actualizar nuestro equipo o directamente conseguir uno nuevo.

En resumen. Doom 3 promete ser, y todo indica que así será, no sólo una nueva versión de su inmortal ancestro, pero el inicio de una nueva generación de juegos de acción. Definitivamente un --nuevo-- hito por si solo.