Call
of Juarez califica con relativa facilidad como un muy buen shooter
contextualizado en los tiempos de lo vaqueros en el oeste de los EE.UU.,
con una notoria influencia de las películas Western Spaghetti de
las décadas de 1960 y 1970, además de otros clásicos
del género. Lo que mejor logra el equipo de Techland es combinar
su tecnología con una muy buena ambientación y un par de
elementos de jugabilidad que aportan mucho a todo el estilo y al juego
en general.
El argumento no es de lo más complicado
pero logra atrapar y mantener el interes a lo largo de toda la aventura.
Además no le faltan un par de giros algo inesperados que añaden
un poco de tensión. Sin embargo lo mejor es que nos presentan la
historia desde dos puntos de vista: el del Reverendo Ray que en su sed
de venganza retoma un pasado que quería olvidar, y el de Billy un
mestizo atrapado en un torbellino de eventos fuera de su control que le
obligan a huir.
La
secuencia intercalada de episodios con uno y otro personaje es casi la
ideal, no hay nada como darle gusto a los revólveres después
de haber estado saltando, columpiándose y corriendo a caballo. Y
en muchas ocasiones lo contrario también sucede, que se busca un
poco de paz y relativa tranquilidad del andar disparando a todo y todos
(al menos el ratón lo sabe apreciar). El caso es que éste
pequeño detalle termina como una atractiva característica
del juego.
Además de los inmensos y bien realizados
escenarios lo segundo que vale destacar en Call of Juarez es su
jugabilidad. La oferta ofrece tres características que están
muy bien implementadas y le otorgan originalidad. La primera es que cada
uno de los dos personajes posee habilidades y dinámicas de juego
diferentes, las de Billy se orientan a los mini-rompecabezas y un poco
hacia lo furtivo y cuidadoso, mientras que las del Reverendo sólo
tienen que ver con la pólvora y el plomo.
Otras
dos características que vale comentar son el montar a caballo, o
más bien correr, saltar, escapar, perseguir y pelear desde los lomos
de estos muy respetados equinos. Y los tres tipos de combate especial que
posee el Reverendo, aunque uno es sólo la implementación
del uso de dos armas asignadas cada una a un botón del ratón
pero que aún así termina siendo muy del contexto. Además,
como un ex-pistolero profesional Ray es capaz de disparar a quemarropa
y en cámara lenta con ambos revólveres (un bullet-time restringido),
al igual que entabalar un no menos clásico duelo contra los enemigos
jefe.
El sistema gráfico utilizado por
Techland
es una versión mejorada del aquel en SpecForce (también,
Chrome:
SpecForce), por lo que hace gala de buen detalle en escenarios y personajes,
y unos ambientes inmensos que aunque tardan en cargar una primera vez luego
no lo hacen tanto (al recargar). Lo bueno es que gracias a este detalle
las persecusiones a caballo mantienen su ambientación y sensación
puesto que no se ven interrumpidas una y otra vez por la carga de una nueva
porción del escenario. De hecho ésto le da al juego ese sentimiento
de amplitud y extensión que se esperaría encontrar en un
rincón perdido del Oeste durante los tiempos de los vaqueros.
En Síntesis. Quizá no haya
mucho que decir sobre el juego pero no por ello deja de ser muy entretenido
y una de las mejores contextualizaciones FPS del Oeste Norte Americano.