¿Qué hace de un juego de acción, un buen juego de acción? Una pregunta simple que puede tener más de una respuesta. Para los productores de Breed, Raza, el énfasis esta dado en la categoría de los juegos de acción casi pura, nada de perder tiempo buscando una llave secreta, nada de reducir el nivel de adrenalina para resolver un rompecabezas simple. Iniciada la misión, sólo los muertos se detienen. Esa es la respuesta de Brat Designs a la pregunta del principio. Por suerte Breed no es un juego --muy-- estilizado, obviamente cuenta con decenas de elementos clásicos y otros tantos detalles propios del género pero están presentados muy bien, tanto en nivel visual y auditivo como en lo que respecta a su historia base y la jugabilidad.

No voy a decir que la historia base del juego tenga la temática de ciencia ficción más original del momento, de hecho es un batido bien arreglado de ideas presentes en películas como Soldado Universal, Starship Troopers y la saga Aliens. Lo bueno es que la mezcla de elementos parece estar bien realizada como para darle sabor al juego y permitir que las misiones tengan un sentido que va más allá de sólo cumplir con los diferentes objetivos. Aparte de que, por lo visto, la jugabilidad y la ranación se complementan mutuamente lo cual permite vivir una aventura indirecta a través del juego y no sólo divertirse. Si las cosas son como nos las cuentan será como participar de manera activa dentro de una historia en evolución.

Año 2600, los viajes interestelares ya son una realidad. La humanidad, ávida de descubrir nuevos mundos, se ha lanzado a la exploración de otros sistemas solares en busca de planetas que puedan soportar vida. Ya hace tiempo que un extenso grupo partió hacia el sistema binario de Besalius, cuyos planetas  parecen ser colonizables. Armados a un mínimo y con una presencia militar de lo más rudimentaria quedaba claro que las Colonias resultaban un blanco fácil para cualquier ente con algún sentimiento de agresividad contra los humanos.

Al poco tiempo de quedar establecidas las colonias y que llegue la última nave, año 2602, las nuevas ciudadelas se vieron atacadas por una civilización beligerante que llamaron The Breed. En principio las magras fuerzas de defensa de los colonizadores parecían tener suficiente capacidad como para repeler y vencer al enemigo, sin embargo no paso mucho tiempo para que el escaso armamento y tropas se vieran en serios aprietos para contrarrestar los continuos ataques de este enemigo que demostraba poca inteligencia, pero mucha ferocidad. Fue con poco entusiasmo, y mucha vergüenza, que el Presidente de las Colonias hizo un llamado de ayuda a la lejana Tierra, solicitando al Concejo Terrestre el envío de refuerzos.