Rondaba
el año 2001 cuando a Hollywood pareció darle un renacido
apego por las películas basadas en vídeojuegos, presentado
versiones en celuloide de Tomb Raider y Final Fantasy. El
éxito que las mismas tuvieron todavía es tema de debate;
aunque nadie discute que la primera aparición de Angelina Jolie
como el avatar humano de Lara Croft, permanece como la película
más taquillera de éste sub-género con 131'168.070.-
$us* acumulados hasta la fecha.
Acaba siendo un tanto contradictorio que
siga existiendo interés en llevar a la pantalla grande historias,
aventuras y personajes del mundo de los vídeojuegos (de consola
y PC) considerando que la mayoría obtiene resultados poco halagadores
en las salas de exhibición. Esto sin hablar de la nada positiva
crítica que usualmente sigue a sus lanzamientos. Aquí vale
notar que aparentemente, aún con ingresos poco favorables en taquilla,
muchas de estas producciones logran resarcirse con sus versiones en DVD
--las cuales en general son extendidas, de colección o corte del
director--.
Las más recientes producciones del
sub-género fueron Doom (diciembre 2005) y BloodRayne
(enero 2006). Ambos con mucha expectativa por las franquicias a las que
representan. Aunque a la primera le fue mejor económicamente --unos
28 millones de $us* acumulados--, su guión y su implementación
fílmica son lamentables en extremo. La crítica en general
tampoco da mucho apoyo a la versión en celuloide de la franquicia
de Terminal Reality, la cual de momento apenas ronda los 2,4 millones
de $us*. Por lo que se llega ha apreciar en su último y extenso
trailer
la oferta no se sale de los cánones esperados para un filme de vampiros
puesto en la edad media.
Considerando
el capital invertido en muchas de estas producciones uno se pregunta, y
con razón, ¿por qué les va tan mal? Doom contaba
con la participación de The Rock y BloodRayne colocaba
a la atractiva modelo/actriz de Terminator 3: Rise of the Machines --Kristanna
Loken-- en ajustados trajes de cuero. Pero ni asi. Había muchos
efectos, gran cantidad de sangre, pero ni asi. Lo interesante es que éste
patrón se repite con todas las películas basadas, directa
o indirectamente, en franquicias sea de vídeojuegos para PC o consola.
Ni la presencia de Alyssa Milano en Double Dragon (1994)
logra que la misma salga a flote. Por lo menos le fue mejor a Jean-Claude
Van Damme y su aparición en Street Fighter, aunque esto
es relativo.
Una vez más va la pregunta, ¿por
qué les va tan mal? Siempre es difícil saber a quien, o que,
culpar; aunque en el caso de las dos más recientes creo que las
cosas están por demás claras. Guiónes básicos
sin historia, sin contenido, que no dicen absolutamente nada, películas
que tienen menos argumento que el propio juego. Esto combinado con presentaciones
vacias y sin imaginación que ni siquiera intentan remedar los ambientes
o contextos digitales. Valga como ejemplo el paso a cámara-en-primera-persona
en Doom que es el colmo, así de simple. Se puede entender
la intención del director, pero el hecho de que esté ahí
dice mucho sobre su comprensión real del público target:
ninguna.
Desde mi punto de vista son dos los problemas
básicos que éste tipo de filme posee. Uno, que todos lo ven
como mercancía agregada, no como un producto que pueda sobrevivir
por si sólo. Y, dos, en vez de intentar crear extensiones apropiadas
al producto original, intentan imitarlo en otro medio o, peor aún,
presentar complementos totalmente fuera de foco. La mayoría de estas
películas sufre del primero problema (Double Dragon, Street
Fighter, Mortal Kombat: Annihiliation, Doom), otro grupo
del segundo (Lara Croft: Tomb Rider, Alone in the Dark),
y unas cuantas de ambos (Final Fantasy, BloodRayne).
Otro
problema que todas enfrentan es una total carencia de guiónes interesantes,
mezclados a un proceso fílmico que ni explora, ni se expresa. Son
casi productos de fórmula que incluyen uno que otro actor --o actriz--
de renombre para llamar la atención, y con mucha suerte buenos efectos
y/o escenarios. Ninguna de las películas citadas tiene siquiera
momentos, diálogos o escenas realmente memorables, con la excepción
de algunos instantes en Final Fantasy que por ser CGI se ven geniales
y muy realistas.
Considerando que están basadas en
vídeojuegos, y que en la mayoría de los casos sus personajes
son poderosos o especiales, la idea misma de intentar representarlos por
entes de carne y hueso, aún con la tecnología de efectos
especiales de hoy en día, me parece insulsa. El personaje de Doom
debería poder enfrentarse a hordas de enemigos al estilo de lo visto
en The Lord of the Rings pero con habilidades estilo The Matrix.
Rayne
debería ser capaz de limpiar un cuarto repleto de extraños
y poderosos oponentes con ataques y movimientos que van más allá
de lo visto en Underworld.
Este 2006 ya tiene un par de presentaciones
afines preparadas para su lanzamiento, incluyendo una película de
Silent
Hill en la cual muchos han puesto sus esperanzas. Considerando el género
del vídeojuego, su argumento y contexto, no debería ser difícil
crear un guión decente y armar un filme que convincentemente refleje
sus escenarios y ambiente, y además infunda ese miedo/suspenso visceral
e instintivo tan propio de la saga. También está
Halo,
que por ahora no ofrece información cien por ciento confiable otra
que la participación indirecta de Peter Jackson --como productor
ejecutivo--.
Un
individuo, humano --tal vez demasiado--, cuyo nombre ha empezado a destacar
como director de películas basadas en vídeojuegos, aunque
no positivamente, es el señor Uwe Boll. Cuya carrera en éste
partciular sub-género fílmico inicia con House of the
Dead en el 2003. Sus últimos éxitos, hablando sarcásticamente,
incluyen a Alone in the Dark y la ya citada versión en pantalla
grande de BloodRayne. Ésta serie de películas le ha
permitido adquirir una anti-fanaticada muy grande. En todos los foros donde
se habla de vídeojuegos y peliculas a la vez, su nombre destaca
como alguien poco, a nada, apreciado.
Lo lamentable del caso es que éste
"estimado" señor ya ha adquirido los derechos para llevar al celuloide
a varios éxitos digitales como ser Dungeon Siege, Far
Cry, Postal y recientemente F.E.A.R.. Y hablando de éste
último, el simple hecho de saber que él está involucrado
ya ha puesto el miedo en el corazón de muchos que esperaban ver
una película de su juego favorito. Es que éste señor
cumple con demasiada perfección con los dos errores más comúnes
arriba citados en éste tipo de filmes, los hace intentando complementar
al vídeojuego y los hace como una simple mercancía más.
Por lo poco que hay sobre Dungeon Siege,
que tal vez sea presentado como dos películas, no parece que vaya
ha tener, o decir nada especial, más allá de lo visto en
tantas otras sobre reyes, ciudades, héroes/heroínas, personajes
o príncipes/princesas del medioevo. Considerando que el héroe
(heroína) del juego es un personaje anónimo, el guionista
tendrá que inventarse alguno o tomar prestado uno de los nombres
o apellidos presentes en la saga de Gas Powered Games. De momento,
lo único seguro es que con todo lo sucedido el interés generalizado
por ésta, la más reciente producción/dirección
de Uwe Boll, es muy baja. Requerira de un milagro, un excelente
trailer,
o un muy buen equipo de mercadeo y publicidad para elevarla. O, quien sabe,
una buena película.
De
momento no queda más que esperar. Esperar que las producciones anunciadas
para éste año sean buenas, o al menos tengan algo que haga
que valgan la pena. Esperar que nadie más le de licencias al señor
Uwe
Boll u otro director con la misma mentalidad/estilo. Esperar que cualquier
nuevo filme basado en un vídeojuego tenga mejores y mayores expectativas
que sólo ser un producto de mercancía más. O, mejor
aún, esperar que nadie más intente convertir vídeojuegos
en películas, al menos no con actores y actrices de carne y hueso.
Mi conclusión sobre el tema es que
mundos ficticios y de fantasía, del nivel de lo que vemos en consolas
y PC, son demasiado sofisticados, particulares y especiales como para poder
ser representados apropiadamente en un contexto real, con un tiempo de
duración limitado. No digo que sea un trabajo imposible, pero queda
claro que de momento no lo están haciendo de forma siquiera remotamente
adecuada. Aquí cada cual verá si encuentra o no excepciones.
Antes de terminar, valga la nota de último
momento sobre un rumor de que Quentin Tarantino estaría en
diálogos para realizar el paso a celuloide de Half-Life.
Pues bien, para empezar no hay nada dicho sobre si tal proyecto siquiera
existe, y menos aún de que Tarantino esté involucrado.
En otras palabras, éste rumor, con la información actual,
es considerado falso.
Ahora si, para terminar, una pequeña
lista de directores y vídeojuegos que tal vez podría traer
buenos resultados; obviamente, provisto un buen guión.
Quentin Tarantino - sería
el ideal para Total Overdose por obvias razones, o para cualquier
juego consolero afin.
Peter Jackson - casi con seguridad
posee un estilo más apropiado para películas basadas en vídeojuegos
de los géneros RPG y/o RTS. Yo creo que sería la única
persona capaz de llevar apropiadamente a la pantalla grande a WarCraft.
Ridley Scott - su capacidad para
desarrollar ambientes y personajes (Bladerunner) lo hacen ideal
para shooters sci-fi como Half-Life, Deus Ex, System
Shock 2 o Doom.
James Cameron - también
hubiera sido una buena alternativa para Doom, Far Cry o F.E.A.R..
Sería el director perfecto para Deus Ex o System Shock
2, tratándolas como franquicias y contextos no así como
transformaciones fieles.
Tim Burton - su particular y original
estilo lo hace la pareja perfecta con Psychonauts, entre otros.
John Woo/John Wu - más que
nada por su uso de cámara y ambiente lo veo como el más apropiado
para Max Payne.
También sería muy prometedor
ver involucrados a los equipos de Pixar (Toy Story 1 y 2,
Los
Increíbles) y Mainframe (serie animada por computadora
de Spider-Man,
Transformers - Beast Wars y varios otros).
*Información obtenida
de Box Office Mojo (boxofficemojo.com) a fecha del artículo.
Datos presentados sólo toman en cuenta ganancias en los EE.UU.