Hasta donde llegan los datos Bolivia fue
el último país en Sur América que ingreso, o conoció,
la Internet. También esta entre los últimos que abre su mercado
de Telecomunicaciones a empresas internacionales, y otras nacionales. Este
último evento dio inicio el día miércoles 28 de Noviembre
a las cero horas. Muchas implicaciones reales no trae, aunque si permitirá
al usuario elegir, finalmente, que empresa le ofrece el contacto internacional,
o en otras palabras, que entidad es su carrier telefónico
para llamadas de larga distancia (interdepartamental e internacional).
Desde hace un buen tiempo hubo mucho revuelo
al respecto en las diferentes empresas que ofrecen algún tipo de
servicio de telecomunicaciones a nivel local, departamental y nacional.
Entre estos cambios fue la transición a un sistema de codificación
de siete dígitos a nivel país en lo que concierne a los números
telefónicos y a una uniformización, un tanto más adecuada
y menos alatoria, de los números asignados a la telefonía
celular. Ahora, habrá que educar al usuario para que sepa cuando
y donde van los códigos de identificación de los diferentes
portadores de señal (actualmente cuatro empresas, una con raíces
internacionales) para llamadas nacionales entre departamentos o internacionales.
Considerando como el boliviano es una persona de costumbres, las empresas
nuevas, y las viejas, verán que esta tarea no es tan sencilla. Espero
no aprovechen esto para realizar cobros indebidos por errores de digitación.
De todo este embrollo socio-político,
y económico, en cierto nivel, son dos los puntos que muy bien podrían
ser de más interés para todos. Uno, que la aparición
de nuevos carriers internacionales permitirá elegir un sistema
menos costoso para la conexión a Internet, como Bolivia carece de
algo remotamente parecido a un backbone, la única forma de
acceder es a través de satélite y gateways ubicados
en otros países. Dos, por el simple hecho de que las nuevas empresas
lo ofrecen, todo el que puede, y ahora además tiene permiso/derecho
legal, esta con la intención de ofrecer el, en otros países
ya tan famoso, acceso a Internet por banda ancha, sea esta cablemódem,
ADSL, ISDN o satélite (u otros). Personalmente esto último
es lo que más me interesa, al menos al principio la competencia
de precios lo hará sumamente interesante, sin embargo esta la eterna
pregunta, ¿a quienes realmente serviría este sistema/servicio?.
Para empezar el acceso por banda ancha
tiene dos muy importantes y notorias características. Puede ser
hasta 10 o más veces, más rápido que el módem
y es un servicio de conexión 24/7/365, es decir, el usuario tiene
internet, sin interrupciones (otras que técnicas) las 24 horas del
día, los siete días de la semana y los 365 días del
año. Queda claro que los primeros en encontrar a este tipo de conexión
práctico serán los innumerables Centros Internet regados
por todo el país, muchos de ellos podrán bajar costos, o
ganar mejor, al reducirse los precios de su leased line, o directamente
adquirir otro servicio de banda ancha equivalente y/o más barato/rápido.
El siguiente grupo serían las empresas que aprovechan la tecnología
y, por ende, usan redes locales, las cuales podrían adquirir una
de estas líneas para tener un contacto permanente con sus clientes
o proveedores por Internet. La pregunta ahora es, ¿le sirve en algo
este servicio al usuario común, a una familia?
Existen varios factores a considerar cuando
preguntamos cuan útil puede ser una conexión de banda ancha
para una familia, un estudiante en su casa, o un usuario común.
Es más rápido, cierto, es una conexión de 24 horas
sin uso de la línea teléfonica ni costo adicional a este
respecto, cierto. Pero, ¿podrá el usuario aprovechar de su
acceso, o en otras palabras, darle el uso apropiado como para que su costo
adicional sea aceptable? Esta pregunta es aún más relevante
si consideramos que los costos para el clásico Dial Up van ha bajar,
o al menos deberían, otorgando así un mayor margen de diferencia
entre este servicio y la banda ancha. Es casí seguro de que todas
las empresas que ofertan Dial Up lo hagan a partir de ahora sin restricción
de horas y a tarifas planas. Volviendo a la elección de un proveedor
y tipo (categoría) de servicio un tanto más difícil.
Otro punto a considerar es que será
necesario medir, comprobar y testear todas las ofertas de banda ancha para
poder realmente admitir que son más rápidas y eficientes,
esto porque existen muchos factores que influyen en su velocidad --neta--
además de la tecnología en uso. Para empezar, como Bolivia
no tiene backbone la conexión por banda ancha entre servidores
locales lleva la carga extra de que tiene que pasear por toda Internet
para encontrar un camino entre los diferentes gateways usados por
cada carrier internacional. La información puede ir desde
un hogar, oficina o Cyber Café como el rayo hasta el servidor del
proveedor pero de ahí a destino, y de regreso, muy bien podría
tardar tanto como un módem. Minimizando así la utilidad real
y práctica de tener una conexión --supuestamente-- más
rápida.
Por otro lado, el usuario promedio pasa
unas 10 o 15 horas a la semana en Internet, y eso, mayormente chateando,
recibiendo y mandando email y, en contados casos, buscando información
en la WWW (World Wide Web, o la Web). A este usuario promedio tener
una conexión más rápida y funcionando todo el día
no le sirve absolutamente de nada. Procesar email será más
rápido e investigar sitios Web sofisticados con vídeo, sonido,
flash u otros también, pero para chatear no, podrá chatear
con más gente a la vez pero no por ello tipear más rápido
que antes. Además, ¿qué pasará con la conexión
durante más de 20 horas diarias que no la usa?, un desperdicio de
dinero, nada más.
Al final, el asunto de la banda ancha y
qué tan útil y práctico sea, una vez aplicado a la
realidad nacional, depende, en este momento, de tres cosas. Uno, la oferta
que hagan los diferentes proveedores en cuanto a precios y valor agregado
concierne. Dos, la tecnolgía en uso para la oferta, no es lo mismo,
ni trabajan igual, el ISDN, el ASDL o un cablemódem; cada uno tiene
requisitos especiales de conexión, hardware, software y afines,
peor aún si es por conexión directa a satélite (que
casi con seguridad será muy caro para otros que empresas grandes).
Tres, la velocidad real (neta) ofrecida por los diferentes proveedores
y sus tecnologías, una vez establecidas y trabajando con todas las
restricciones, o más bien deficiencias, técnicas del país.
Por ahora, lo más interesante de
esta apertura del mercado de las telecomunicaciones tiene la destacada
ventaja de que va haber una --forzosa-- guerra de precios entre los carriers
nacionales e internacionales que hasta su estabilización y casi
estándarización (como sucede en todo lado) puede llegar a
ser muy interesante. Por otro lado, tenemos la inevitable estandarización
de que todos los servicios que ofrecen Dial Up lo hagan sin restricción
de tiempo, y deban inclusive empezar a darle valor agregado a sus servicios,
esto si tienen intenciones de continuar en el mercado, claro. En estos
momentos la banda ancha todavía tiene que demostrar si puede ofrecer,
eficientemente y a costos accesibles, la siempre requerida y buscada mayor
velocidad de conexión a Internet, luego vendrá el problema
de a quien le conviene o no adquirir este tipo de servicio.
Esperemos que esta apertura de mercado
sea para bien de todos y no pretexto para organizar nuevas quejas, huelgas,
paros y cosas por el estilo. Al final, todos ganamos con menores precios
o, en todo caso, un mayor valor agregado de los diferentes servicios de
telecomunicación que estuvieron presentes desde simpre en una u
otra forma, o aquellos que por primera vez aparecen en el mercado nacional.