Fecha
05/12/2011
Autor
Webmaster
Puedo suponer que esta novela viene como respuesta a un sin fin de solicitudes, directas o indirectas, al autor en las que se le pide explique mejor la naturaleza del siempre nombrado, nunca bien comprendido, pasajero oscuro que parece ser el que toma las riendas de Dexter cada vez que desaparece en una de sus escapadas de su vida diaria y su rutina.
No voy a negar que toda la novela se torna un poco más bizarra de lo normal y como que va saliéndose del tono sangriento, bromista, extraño, detectivesco que la caracteriza para agregarle un toque de fantasía y mitología agarrados por el lado que mejor sentido hace al personaje y la serie, el demónico . Lo que en ningún momento quiere decir que la novela se torna en otra cosa que una aventura más de Dexter.
Un inusual doble-crimen que pone a la policia metropolitana de Miami contra la pared parece afectar a nuestro ¿héroe? de una manera que nunca antes sintió. Repentinamente su oscura voz interior está callada y tímida de hacerse sentir y escuchar. Por si eso fuera poco alguien parece haber puesto particular atención en el jovial y siempre muy normal forense Dexter Morgan.
Vídeo de promoción de la Tercera Temporada de Dexter la Serie
Lo bueno del caso es que aún con toda la temática mítica y semi-fantasiosa el autor se las arregla para mantener a todos los personajes en carácter. Deborah está histérica y mal humorada porque nadie sabe nada y ni su hermano puede darle algún indicio útil. Por su lado Dexter todavía no está del todo seguro cómo termino enredado en pedir la mano a Rita --en la novela precedente-- y ahora tener que planear y llevar acabo su propio matrimonio.
Por si esto fuera poco Dexter ha confirmado que Cody tiene algo de él mismo y que Astor no se queda atrás aunque en un rol más de observador que de primer plano. Al final todo el proceso entre ellos se convierte en un interesante, divertido, realista y algo sarcástico análisis de lo que implica ser humano, ser persona, ser parte de una sociedad. Con el futuro papá Dexter aprovechando cada situación que se le presenta para ofrecer una gota de sabiduría, lo que, al menos a mi, me saco más de una sonrisa cuando no una pequeña carcajada.
En su muy particular estilo Jeff Lindsay baraja y hace malabarismos con todo lo que ocurre alrededor de su personaje. Extraños crimenes se siguen sucediendo y las pistas que encuentran no llevan a ningún lugar. Dexter cada vez se pone más paranoico con la sensación de que alguien lo persigue. Por suerte Rita está en su propio mundo planeando la boda.
La aventura no se adentra demasiado en el aspecto semi-fantasía ni se puede decir que se llegue a alejar demasiado tampoco. El tema está ahí rozando el contexto sin en verdad involucrarse lo suficiente en el mismo como para arruinarlo. Para lo que si está es para permitir al personaje, al autor, crear uno de los momentos más memorables en una novela de esta naturaleza. Cada vez que lo recuerdo no se si reir a carcajadas o ponerme melancólico y pensativo. Al final lo mejor es hacer ambos y disfrutar de un instante de aquellos que ayudan tanto a inmortalizar a escritores y a los protagonistas de su imaginación y creatividad.
Tal vez no la mejor novela de Dexter pero por ese instante bien vale la pena leerla, además que el resto mantiene el estilo, la agilida y el ingenio de Jeff Lindsay por lo que lo único que se le nota es una presencia extraña. Aunque imagino que el protagonista más bien se preocuparía de la ausencia de la misma.
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