Por como el equipo de desarrollo destaca el apartado combate del juego muy bien podría pensarse que Death Track: Resurrection pertenece al género Acción, sin embargo su dinámica en funcionamiento no tarda en destacar su verdadera naturaleza y ésta es la de un juego de carrera arcade con cierto elemento de batalla entre vehículos. Esto último queda muy claro tras jugar su demo que ofrece tres motorizados, varias mejoras, dos pistas (Bangkok y París) y dos modos de juego (Challenge y Quick Race).
En el más de los juegos de carrera arcade llega un punto en el que la mayoría de los jugadores quisiera tener a su disposición un lanza-cohetes o un cañón para eliminar al pesado piloto que nos adelanta y no nos deja pasar, o al de atrás que no deja de chocarnos y hacernos perder control. Para todos ellos este juego de SkyFallen Entertainment les va quedar como anillo al dedo, siempre y cuando no estén buscando un estilo demasiado realista en lo que respecta al apartado carreras.
El demo (890 MB) parece caer en la categoría de ser o Beta o una primera presentación Internacional del juego fuera de su lugar de nacimiento, Rusia; esto porque la fecha oficial de salida al mercado, a través de 1C Publishing, es recién durante el primer trimestre del 2009. Éste detalle permite tener en el archivo de léeme la nota de que la versión final podría incluir algunos arreglos no presentados en el demo. Me permito especular que de darse arreglos estos se restringirían a aspectos de la IA, el engine o el balance, no tanto así la jugabilidad como tal.
Lo menos atractivo que se percibe a través de esta versión de testeo es la naturaleza demasiado consolera que posee todo, algo que se debe a su diseño multiplataforma compatible con Xbox 360 (todavía no hay nada sobre si tendrá versión para la PlayStation 3 o la Wii). Para empezar hay que definir un perfil, luego elegir un auto y si todavía queda algo en el banco se puede mejorar algunas características del vehículo, como armadura, motor o amortiguación, o el armamento (arma primaria, segundaria y posterior). A continuación se puede elegir el modo de juego, la dificultad y listo.
Quick Race es más que nada una forma de tutorial que permite prácticar manejo y conocer las pistas, porque tratándose de un juego de carreras bastante arcade y tradicional no encierra ningún misterio otro que, quizá, el uso de las armas. Todo inicia como de costumbre, un semáforo que va de rojo a verde pasando por amarillo, un contador que baja al cero, una decena de motores rugiendo y ruedas dejando marcado el asfalto una vez se da la señal de partida. A los pocos segundos la usual dinámica adquiere un extra cuando al kaleidoscopio de luces y anuncios pasando a alta velocidad se le añade el de rayos laser, impactos de plasma y ametralladoras pesadas.
Contar con armamento no deja de ser sólo un elemento semi-táctico para sobrepasar a quien está por delante de nosotros, al igual que un extra para destruir estructuras y edificios del nivel para ganar puntos adicionales. Como quedar destruido no implica otra cosa que perder tiempo tanto para nosotros como los restantes pilotos, el tema de eliminar a otros mientras evitamos ser eliminados no tiene mucho sentido excepto cuando ello podría hacernos ganar una posición o evitar que perdamos un primer lugar. El que se regeneren los contrarios puede ponerse pesado.
Los propios desarrolladores califican a Death Track: Resurrection como un sucesor del juego Deathtrack, que si los datos están correctos habría sido desarrollado por Dynamix y distribuido por Activision Publishing en 1989 (esto según lo que se puede encontrar en Abandonia(com)). A menos que se trate de Death Track Racing por Attention to Detail (ATD) y Take-Two Interactive lanzado en Octubre del 2000 (datos de GameSpy), presentado como una secuela de Rollcage (también por ATD, pero sacado al mercado por Psygnosis en Marzo 1999).
Si bien existe gran similitud en cuanto a contexto con la película Death Race nada apunta a que exista alguna relación real más allá de coincidir en la idea de presentar carreras con vehículos armados. La película en cuestión cuenta con la participación de Jason Statham como el personaje principal y es dirigida por Paul W.S. Anderson --quien también dirigió las tres películas basadas en Resident Evil--.
En el demo sólo contamos con las pistas de Bangkok y París, pero las mismas permiten recibir una buena impresión del engine al igual que del diseño de los circuitos. Se puede hablar de caminos principales pero no faltan aquellos alternativos que en momentos críticos pueden servir para escapar de un oponente tozudo o ayudarnos a ganar distancia. Para algunas de las rutas secundarias primero es necesario disparar a pilares del color correspondiente y así desactivar las redes de energía que impiden el ingreso.
Como buen juego de naturaleza arcade a lo largo de toda la carrera encontramos power ups y bonos que se pueden atrapar maniobrando o con suerte, al igual que rampas para realizar trucos con los que acumulamos puntos. Con el fin de extender un poco el uso de las armas algunas estructuras y edificios pueden ser destruidos, con el detalle que, al menos en el demo, apuntar es un asunto automático basado en dirección estimada y la proximidad de un posible blanco. El arma defensiva por excelencia son las minas, a las que no queda otra que esquivar porque aunque no siempre causan mucho daño, si reducen la velocidad o nos mandan contra el borde lo que hace perder valioso tiempo. Los controles están pensados para un gamepad, el uso de teclado es la opción más directa en PC aunque no resulta tan efectivo al momento de maniobrar a altas velocidades y usar las armas (permitir apuntar con el ratón hubiera sido un toque interesante).
En Síntesis. El demo es una buena manera de testear la jugabilidad y apreciar la tecnología, al igual que empezar a acostumbrarse a sus idiosincracias y practicar en dos de sus 10 pistas, con tres de 10 vehículos. Death Track: Resurrection califica como un juego para quienes gustan de carreras de vehículos con estilo fantasía y arcade, para el que el combate armado es un toque extra interesante pero que no por ello altera la jugabilidad base.