Desde que sale a la venta Portal ha dado mucho de que hablar y la verdad que con la información disponible no veia el porque. Pues bien, ahora que tuve la oportunidad de jugarlo --un poco tarde, pero bueno-- debo admitir que aunque no está falto de jugabilidad ingeniosa tampoco lo puedo considerar como merecedor de todo el revuelo que tuvo, y tiene.

Más allá de que el juego es corto tiene aire de una prueba de concepto que les pareció tan interesante a los desarrolladores que decidieron hacer algo con ella. El resultado es una serie de escenarios que no son otra cosa que rompecabezas espaciales y que hay que resolver utilizando un generador de portales. Al principio sólo podemos generar uno luego dos que son indistintamente salida o entrada dependiendo el caso.

No contamos con ningún otro truco además de poder generar portales, con la peculiaridad que no se manifiestan en cualquier superficie. Un efecto interesante que poseen, y que a corto plazo resulta muy útil, es que si se entra con velocidad por uno se sale con la misma por el otro extremo. Una combinación apropiada de esto permite saltar distancias que de otra manera serían imposibles. Más aún con lo que nuestro avatar, Chell, ni puede saltar bien o correr, al menos aguanta caidas desde mucha altura.

Todo el aire y el ambiente me recuerda a la película Westworld (1973, escrita y dirigida por Michael Crichton), al igual que Logan's Run (1976). Pareciera como que somos ratas de laboratorio probando el mecanismo de portales, más aún por el ambiente de laberinto de los centros de prueba, lo antiséptico del lugar y la persistente voz robotica guía --la GLaDOS, Genetic Lifeform and Disk Operating System)-- que, por sus comentarios, no tarde en convertirse en parte del contexto y un sarcástico e irónico elemento jocoso.

Aprovechando la oportunidad, el equipo de Valve decide que todo lo que acaese en este extraño centro de investigaciones pertenece a la Corporación que compite con Black Mesa, Aperture Science Inc.. Incluso se puede llegar a ver una presentación de sus planes a futuro en un par de los cuartos durante la última parte del juego. Lo que se vuelve una forma de unir todo con miras a ofrecer algo más en algún futuro cercano.

Algo que no puedo negar sobre Portal es que su particular estilo de rompecabezas y su bien realizado diseño de niveles lo hacen muy entretenido. La lógica no es imposible, a veces más obvia que otras, pero en general se las arregla para dejar un buen sabor a victoria cuando las cosas salen como deben, o al menos como creemos que debería y resulta que si. En más de una oportunidad no estoy seguro si podría decir con total certeza porque funciona, pero lo hace.

El manejo espacial es tridimensional, al inicio los puntos de destino están dentro nuestra área de visión pero las cosas no tardan en complicarse con puertas, diferentes niveles y mecanismos que obstaculizan las paredes sobre las que el generador de portales funciona. Nunca faltan suficientes señales visuales para entender como va una prueba o nivel, incluso se puede utilizar los propios portales para mirar desde distintos puntos de vista, como si fueran ventanas, para entender mejor cómo hay que proceder y donde tenemos que llegar.

No quedan dudas de que el juego es corto, menos de cinco horas de la historia, pero tiene otros modos estilo desafío para continuar jugando. Considerando que una vez que se resuelve un problema, un rompecabezas, la siguiente vez ya no es ni tan interesante ni tan entretenido, también se torna en un reto para los diseñadores encontrar nuevos problemas sin que se vuelva a usar lo mismo una y otra vez de diferentes maneras --aunque tampoco lo pueden evitar en un 100%.

A la hora de la verdad, Portal vale por su bien implementado y bien presentado concepto, el par de ideas que extiende en el Universo de Half-Life y el algo que lo complementa. Como es más probable que se lo obtenga como parte de un paquete, The Orange Box por ejemplo, no duele tanto el que sea corto. Lo que si, es que hay que verlo como lo que es, una prueba de concepto convertida en juego de rompecabezas alrededor del cual se imagino una trama simple, directa, medio en broma, y que en algo se asocia con los eventos de la aventura de Gordon Freeman. Más no es, ni pretende serlo.