A la hora de la verdad esperaba mucho más de Crysis Warhead, no sólo posee un sistema de gestión DRM muy restringido (razón por la cual tenía gran presencia en foros) sino que además resulta bastante corto, en particular para una expansión independiente. Incluso en dificultad Delta quienquiera que se de buena mano con los shooter no tendrá mayores problemas para terminarlo en menos de 8 a 10 horas, lo que puede estar bien para una expansión a secas pero creo que no una que califica de independiente y por ende tiene un precio más elevado.
Según la información que se encontraba antes de la salida del juego, el mismo prometía ofrecer un avance más abierto que la aventura de Nomad, nada más lejos de la realidad. La mayoría de los escenarios no sólo se sienten más pequeños sino que restringen las rutas que el jugador puede tomar mediante fronteras establecidas por el contexto como el mar, las montañas, riscos o arboledas intransitables. Los únicos momentos en que se puede decir que hay algo de campo abierto para decidir por donde ir son el principio y el final. Un ejemplo claro de su linealidad es que incluye una buena porción que se realiza en los carros de carga de un tren en marcha, y otra en los túneles de una mina abandonada.
En lo que respecta a jugabilidad Crysis Warhead mantiene la del original sin retoques, al punto que no se puede hablar de absolutamente nada nuevo (lo único sería un par de vehículos). Seguimos utilizando un traje de combate especial, el nanosuit, que puede actuar como armadura, acelerar nuestra velocidad, pasar a modo camuflaje u otorgarnos de gran fuerza. Cada habilidad del traje consume energía durante su uso, por suerte la misma se regenera bastante rápido si le damos, o nos dan, tiempo. Lo mismo sucede con los puntos de salud. Las armas mantienen la posibilidad de realizar un cambio veloz de componentes según las necesidades de cada situación; estas extensiones siguen siendo el silenciador, puntero laser, miras telescópicas y lanza-granadas.
Lo anterior sólo quiere decir que la jugabilidad se mantiene igual que antes, con el detalle que la falta de variedad real en los diferentes escenarios que debemos cursar le quita bastante del estilo mundo-abierto (open world) y lo vuelve más arcade, lineal y esto se siente aún en la citada dificultad máxima Delta. Uno de los motivos para esto es quizá un avance más narrativo y menos anónimo debido a que nuestro avatar es el Sargento 'Psycho' Sykes, ya no el héroe desconocido Nomad. Lo negativo de esto es que tampoco llegamos a saber nada nuevo sobre la civilización extradimensional con la que combatimos.
Como en el original encontramos munición en los puntos críticos donde con seguridad habrá combate, en el peor de los casos se puede cambiar con equipo enemigo y/o recoger su munición. Se mantiene la lógica de puños, pistolas, fusiles, ametralladoras pesadas, armas especiales, bazooka, minas, y granadas, todos con límite de munición. Sólo se puede cargar con dos de las armas intermedias como ser fusiles de asalto, escopeta, fusil con mira telescópica o cañón gauss. El lanza-cohetes califica como un arma aparte y se puede cargar uno con tres cohetes, luego habrá que buscar otro.
Sobre el CryEngine 2 se puede percibir que ha sufrido optimizaciones y retoques, requiere menos CPU que antes y mantiene su capacidad para aprovechar de dos cores. Sin embargo, su apartado visual todavía requiere de una buena tarjeta de vídeo para trabajar por encima de la resolución y detalles al mínimo. Lo que a pesar de todo no es ninguna restricción al momento de mostrar atractivos efectos visuales, mucha pirotecnia y gran detalle. Aunque en esta oportunidad ninguno de los ambientes logra siquiera resaltar y acaban siendo demasiado genéricos. .
En Síntesis. Aún para expansión independiente deja con sabor a poco, no añade prácticamente nada al contexto narrativo de Crysis, y en comparación es mucho más líneal, en vez de lo contrario que era lo que dejaban entender con la información hecha pública antes de su lanzamiento. Pero en fin, sigue siendo entretenido a su manera.