Editorial J de Juegos

Privacidad y Seguridad en la Era Digital


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Fecha

01/02/2013

Autor

Webmaster


Todos los años aparecen temas que absorben la atención del público de una manera inusual, la mayoría por razones artificiales otros porque tienen ese algo que tanto atrae. En la banca contraria tenemos a los temas que son ignorados por los medios y el público, o aquellos que no logran capturar la atención de estos últimos, lo crítico del asunto es que en muchos casos son temas muy importantes que definen el presente y el futuro de lo que pasa o puede pasar.

Con todo el revuelo causado por el señor Snowden el año pasado hay dos tópicos que están queriendo ganar impulso para volverse algo de lo que toda la gente, o una mayoría, se preocupa. Uno es la Privacidad, el otro la Seguridad, ambos dentro el contexto de lo digital, el hardware y el software. Estamos ante un punto crítico y lo malo es que toda la industria parece no querer ver la importancia de calmarse un rato con el tema de sacar algo nuevo, sentarse con tranquiliadad y pensar bien que están haciendo y a donde quieren llegar.

Ambos temas terminan entrelazandose tarde o temprano, pero también es importante observarlos de manera independiente. Empecemos por la Privacidad. Érase una vez en que bastaba decir que "no se hable con extraños" o que "no se de datos importantes a desconocidos" para prácticamente estar seguros que nuestra privacidad estaba cubierta en un buen porcentaje. O, al menos, que nadie sin verdadera mala intención se daría el trabajo de buscarla de fuentes indirectas. Hoy en día ya no es así.

El problema viene por dos ángulos. Uno, nuestra información privada y personal ahora está en todas partes, en sitios web de corte social o profesional, en correos electrónicos o herramientas que son indispensables, con el banco, con el seguro social, con hospitales, clínicas y hasta médicos. Con la compañía de luz, de teléfono, de celular, de cable, de internet. Con la empresa de la que compramos ropa, juguetes, electrónicos, libros, con esa empresa de la que adquirimos una única cosa años atrás. Con el súpermercado, la tienda de electrodomésticos, y, en algunos países, hasta con la compañía de transporte.

Que esté por todo lado tampoco sería un problema demasiado grande de no ser porque todas esas empresas están conectadas a Internet... y a nadie se la ha ocurrido nada para compartir y así evitar tanto duplicado de nuestra información. Lo que se vuelve algo que vale la pena tener en cuenta es que esta disponibilidad extrema hace que encontrar nuestros datos y darles mal uso no tome mucho tiempo, a veces ni siquiera requiere de que tengan la intención de encontrarla, se topan con ella haciendo otras cosas.

Tener nuestra identidad burocrática esparcida por los cuatro vientos aún no sería un grito en el cielo de no ser por el segundo ángulo. Son pocos los caso en que los datos están bien protegidos desde un punto de vista tecnológico y digital. Aquí entra en escena el tema Seguridad. Pero, siguiendo con el enfoque, nadie ve a nuestra privacidad como algo en verdad valioso, más bien lo ven como tarjetas al estilo juegos de mesa que pueden intercambiar, que van y vienen, que no "representan nada importante".

Por su lado la Seguridad es un tema que lamentablemente no se toma en serio hasta que algo se rompe. Al igual que en la realidad no se aumenta guardias hasta que hay un robo, en el ambiente digital no se agrega barreras, ni protección, ni bloqueos hasta después de que algo ha pasado. En muchos casos ni así porque se cree que "no volvera a suceder". Lo que más asusta aquí es no tanto la falta de seguridad pero la increíble y cada vez mayor cantidad de puntos débiles con que hay que lidiar. Prácticamente no tiene sentido asegurar nada porque hay huecos, puertas y ventanas en todo lado, como esas cajas para los bebés en las que se meten figuras, tarde o temprano una entra.

Llegada la hora el debate se vuelve cómo proteger tanto, en tantos lugares, con tantos huecos de acceso. Imagino que ellos mismos, los encarcados de protegerla, no ven mucho sentido al hacerlo como es debido si se la puede obtener de otro lado con relativa facilidad. Soluciones no faltan pero todas ellas presentan sus propios problemas. Tenerla centralizada, en manos de terceros o tan propia como posible no evita que sea vulnerable, ahora lo que debemos encontrar es un buen balance entre las opciones, no para que sea inaccesible, que es imposible, pero para que darle mal uso sea suficientemente difícil como para que en el más de los casos no valga el esfuerzo. Para el resto tendrán que valer las lecciones de antaño. "No hablar con extraños", "no confiarle a cualquiera la tarjeta de crédito".


Teclado EZ-Reach 2030 por TypeMatrix.

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