En un contexto como aquel creado por Richard Morgan para altered Carbon el pasar del tiempo adquiere otra dimensión. meses, años, pasado, familia, amigos todo se vuelve mucho más relativo de lo normal, más aún para un personaje como Takeshi Kovacs. Que sea la mente y la conciencia quienes viajan por el espacio y se desplazan por el tiempo le da todo un nuevo sentido a la personalidad, a los recuerdos, capacidades y memorias que hacen que uno puede decir 'soy yo', 'sigo siendo yo' a pesar de las décadas y la decena de cuerpos en los que se, por falta de otro termino, habito.

Broken Angels nos re-introduce a Kovacs quien ahora ya no hace de detective pero de Teniente de las fuerzas Wedge presentes en los alrededores del planeta Sanction IV con el fin de pacificar a un revolucionario rebelde, Joshua Kemp. Claro que cuando lo encontramos esta convaleciente en una de las naves-estación médica tras caer en cumplimiento del deber y estar entre los pocos sobrevivientes del Regimiento 391.

Como mercenario pagado el personaje no se siente debidamente inspirado para tomar las buenas o malas ordenes de su superior inmediato, Isaac Carrera, al pie de la letra o como algo que valga la pena analizar demasiado. Claro que por ahora lo único que le interesa es descansar de la guerra y recuperarse lo mejor posible. Su nuevo cuerpo estará bio-genéticamente diseñado para pelear pero no es indestructible.

La calma no le dura mucho y un fortuito encuentro con un extraño individuo, Jan Schneider, que dice ser piloto inicia una cadena de eventos que tornan la aventura en una de misterio, traiciones, doble-traiciones, lecciones de comercio moderno, enfrentamientos y una carrera a muerte por llegar al que podría ser el descubrimiento del milenio de la civilizacion cuyo legado permitió a la humanidad salir de su nido y explorar más allá del Sistema Solar.

Broken Angels transcurre tres décadas subjetivas después de los eventos en la vieja y distante Tierra. Considerando que el contexto de su mundo cyberpunk distópico tiene en estos momentos los cimientos bien puestos, Richard Morgan decide armar una mejor imagen del mismo en esta segunda novela. De ahí que nos vayamos enterando mejor como llego la humanidad a las estrellas, como llegamos a colonizar la poco más de cuarta centena de sistemas solares y el rol que juegan en todo esto las ruinas encontradas de la vieja, viejísima, civilización Marciana.

Desde un punto de vista narrativo la información y datos son expuestos sin que exista transición real en la historia, son parte de la misma, complemento de lo que uno u otro personaje dice, comenta, explica, cuenta. Poco a poco se forma algo más claro de como llegamos a abandonar nuestro planeta natal y el papel que juegan en todo esto las Primeras Familias, las diferentes y poderosas Corporaciones, la UN y el Protectorado.

Morgan tampoco desaprovecha cualquier oportunidad para agregar un poco de pasado, de detalles, de memorias a su protagonista estrella Takeshi Kovacs. Sigue su omnipresente adoctrinamiento como uno de la élite, un ex-miembro del Envoy Corps, pero ya no al nivel en que lo encontrabamos destacado en la primera novela. Esto no evita los recuerdos, los individuos y las frases educativas que ayudan a que el protagonista sea él protagonista.

Broken Angels mantiene su aire de thriller pero tiene un mayor enfasis en el apartado acción que su predecesor, lo que no es para menos considerando que el contexto es una zona de guerra. El estilo mantiene la elegante y descriptiva brutalidad sin rodeos de Altered Carbon en la que Kovacs tiene tanta facilidad para estar recordando momentos clave de su pasado, diálogos que aún hoy recuerda, como para al siguiente instante estar rompiendo craneos sin mayor pre-meditación. No son descripciones para los fáciles de impresionar, no tanto por el detalle, que nunca es extremo, como por lo que se puede dar por sobre entendido.

La aventura se desarrolla poco a poco con varios hítos donde la acción llega a su cúspide para luego calmarse un poco nuevamente. Como de costumbre nos topamos con cantidad de personajes memorables y muchas situaciones que si bien ocurren varios siglos en el futuro de la humanidad, se mantienen fieles a demasiados de los comportamientos con los que lidiamos, y debemos enfrentar y sobrevivir, hoy en día.