Para
abrir algunos cofres, puertas, estantes y otros cerrados con llave habrá
que contar con el nivel y la habilidad adecuada. Recoger algo que no es
nuestro mientras otros NPC ven es una manera segura de que nuestra reputación
baje y que acabemos en la cárcel por robo. Considerando que los
puntos focales de comercio están bien vigilados por la guardia real,
no nos conviene estar de malas con ellos. Muchos sacos, basura amontonada
y fardos pueden ser manipulados para revelar puertas, tesoros, oro u otro
de valor y/o utilidad. La regla general es que si hay mucho bulto movible
en un mismo lugar hay que ver todos los rincones con mucho cuidado y moverlos
un poco para abrir campo.
Si de tesoros hablamos Divine Divinity
tiene una enorme cantidad, desde armas y armaduras clásicas con
diferentes categorias (rota, en buen estado, de calidad, de élite),
hasta armas mágicas con bonos fijos. Entre estos dos grupos grandes
encontramos combinaciones y juegos de armas y armaduras únicos,
y aquellos que vienen con diferentes valores de charm. Los charms,
o encantamientos, son una habilidad que cualquiera puede cultivar y que
permiten incrustar en las armas, escudos, armaduras, cintos, botas y guantes
apropiados gemas esféricas que vuelven a un objeto común,
o uno mágico, algo mucho más útil y poderoso.
Mientras
mayor sea el nivel de la habilidad de charm de un personaje más
encantamientos podrá incrustar. Los diferentes objetos vienen con
espacios para una, dos o hasta cinco de estas gemas mágicas. Lo
único malo es que el procedimiento no es reversible y la frecuencia
con que encontramos las esferas es bien reducido. Algunos NPC comerciantes
las venden, pero a precios elevados. Otro punto a tomar en cuenta es que
las gemas vienen en cuatro valores de incremento: bajo, medio, alto y muy
alto. Lo cual hace más preciadas a las que incrementan un valor
muy alto sea en resistencia a los elementos, fuerza, vida, puntos de magia,
etcétera. Todos estos bonos sólo sirven mientras tengamos
el objeto en cuestión habilitado en la parte de equipo en uso, no
de inventario. Una buena elección y combinación permite crear
conjuntos de armas, armaduras y otros que duplican o triplican el poder
de un personaje.
Desviándose un poco de lo que consideramos
tradicional en el género del Rol-Acción Larian Studios
otorga a todos los objetos un valor de desgaste, lo cual puede dejar en
serios aprietos a quien no lleve más de un arma o descuide aquellas
que porta. No en vano equipo con un elevado valor de desgaste, o resistencia,
es más costoso que el con bajo, ya que este último requiere
ser reparado con mayor frecuencia. A menos que el personaje tenga la habilidad
de reparar quien deba hacerlo será el herrero de la zona, a un costo,
claro. Por suerte, mientras más negocios hagamos con un NPC en particular
menos cobra y más paga.
Otro
atributo que adquiren los objetos en Divine Divinity, y que no vemos
usualmente en un RPG-light, es el del peso (weight). Cada
cosa tiene una unidad de peso fija, cada personaje, dependiendo su fuerza,
tiene un límite de carga. Alcanzado un valor tope, no el límite,
el personaje ya no puede correr porque esta sobrecargado y sólo
camina. Más bien que alcanzada su tolerancia máxima no deja
de caminar sino que ya no quiere recoger nada. Habrá que hacer varios
viajes de ida y vuelta para recoger aquellos tesoros que parezcan valer
mucho, es de lamentar que no hay un hechizo que convierta a todo lo que
no podemos, o queremos, cargar en oro. Como fue la solución elegida
en otro juego reciente del género. Tampoco hay bolsas mágicas
que reducen o nulifican el peso de las cosas. Ni modo.
Hechizos hay muchos, la mayoría
vienen acompañados de un efecto visual y sonoro muy bueno, realizado
en tiempo real, algunos causan inclusive una vibración total de
la pantalla. Rayos, fuego, cuchillas mágicas, muros de energía,
lluvias de fuego, invocación de criaturas y escudos mágicos
son apenas unos cuantos de la lista. Lo bueno cuando nos atacan con ellos
es que el personaje adquiere inmunidades, por medio de armaduras especiales
u otros, hacia un tipo, o varios de ellos. Por ejemplo, con suerte es posible
encontrar objetos que nos harán practicamente inmunes al fuego o
los rayos, o los ataques espirituales o el envenenamiento, lo cual resulta
indispensable para atacar a tipos específicos de enemigos. Enfrentarse
a los magos de los hombres-lagarto sin resistencia al fuego es casi un
suicido.