Rochard es uno de esos juegos de corte casual con rompecabezas que parece no ofrecer nada especial pero que cuando llegamos al final del demo deseamos que hubiera continuado por más tiempo. La oferta de testeo, disponible por Steam, incluye una buena porción del inicio, suficiente para agarrarle a la aventura, al ritmo y al estilo de la jugabilidad.

John Rochard y su equipo --Skyler, la técnica y Zander, un viejo compañero-- son astro-mineros de la Corporación Skyrig buscando el mineral que impulsa la exploración del espacio. Sin embargo, desde hace cuatro años y trece asteroides que no logran encontrar nada. Justo cuando las cosas no podían ponerse peor realizan un extraño descubrimiento y son objeto de un ataque pirata.

La dinámica de juego gira alrededor del uso del G-Lifter, un aparato tipo cañón de energía que permite levantar objetos pesados y manipularlos, y el control parcial/temporal de la gravedad. Lo que más destaca aquí es la naturaleza rompecabezas del juego y un muy buen diseño de niveles, aunque los mismos no dejan de ser de naturaleza lineal.

Para cumplir con los objetivos de turno es necesario aprovechar del G-Lifter y la variedad de usos alternativos que puede tener. Sirve para levantar cosas, jalar, usar como repulsor, enviar objetos pesados ahí donde nos sirven o directamente reorganizarlos de una manera más útil para atravesar cualquier obstáculo que tengamos en el camino. Incluso hay usos que se le puede dar que son de tipo emergente.

De forma gradual los niveles van incluyendo nuevos elementos que hacen más complejo el apartado rompecabezas, aunque nada que resulte imposible o demasiado obscuro de entender--al menos en el demo. Por ejemplo, las barreras de energía, azul que sólo permiten el paso de orgánicos, rojo que sólo pueden atravesar objetos inanimados. Celdas de energía que hay que activar/desactivar para continuar y puntos de salto imposibles sin la suspensión temporal de la gravedad.

El estilo de Rochard es de avance lateral (side scroller) 2D lo que reduce el número de dimensiones en las que hay que analizar y resolver los rompecabezas. Esto no impide que su presentación visual, que utiliza al Unity Engine, sea en un atractivo y estilizado 3D de corte historieta. Posee efectos de luz, volúmen y pirotecnia variada.

Manejar al G-Lifter es tan intuitivo como se puede y queda claro rápido que lo vamos mejorando a medida que avanza la aventura para darle mayor uso y hacerlo más útil. Existe un sistema físico básico en acción por lo que el comportamiento de los objetos cuando se los lanza es el esperado. La parábola que los mismos realizan está claramente mostrada por el muy útil implemento minero. Para cuando llegamos al final del demo ya contamos con la posibilidad de capturar robots y hasta un rompedor de roca que hace las veces de arma.

Los combates contra piratas, robots y torretas de defensa estacionarias hay que verlos más como rompecabezas dinámicos que como jugabilidad de enfrentamiento propiamente dicha. Si bien agregan un elemento acción al juego no sustituyen el énfasis del componente rompecabeza con simulación física. La historia tiene su lado jocoso y algo de influencia de Star Wars. Su banda sonora acompaña muy bien al resto de la aventura y escenarios.